El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha dado a conocer un importante hallazgo realizado en tierras mexicanas. Antropólogos del INAH, la Secretaría de Cultura y la Universidad Autónoma de México (UNAM) lograron identificar una nueva especie de dinosaurio, el primer parasaurolofino descubierto en México.
El INAH señala que el Tlatolophus galorum fue un “colosal dinosaurio herbívoro” que vivió hace 72 o 73 millones de años. El especimen que los investigadores encontraron, explican, “murió en lo que debió ser un cuerpo de agua copioso en sedimentos”, aspecto fundamental que permitió la preservación de su cuerpo en buenas condiciones, lo que a su vez ayudó a su minucioso estudio y posterior determinación de que se trata de una especie completamente nueva.
Los investigadores resaltan que gracias a las “excepcionales” condiciones de conservación del cráneo, con preservación de casi el 80% de su estructura ósea, se pudo comparar con otra especie conocida de la región, el Velafrons coahuilensis, y determinar que se trataba de un nuevo género y especie de dinosaurio crestado. Y de hecho este fue el aspecto que le dio su nombre.