Órale Politics! – Compañero López

Querido compañero López, un placer saludarlo.

Hace un buen que quería escribirte algunas líneas felices. Es para mí un honor hacerlo en plena campaña electoral intermedia, con algo más en juego que veintitantos mil cargos, con un costo promedio por mexicano equivalente a dos tortas y un refresco bajo concepto de financiamiento público para los partidos políticos en este año, de acuerdo a la autoridad electoral, la del Gran Jefe Toro Sesgado.

Y bueno, te platico que he seguido tu trayectoria desde que estabas más o menos chiquito en política. Desde que formabas parte del equipo ganador del Revolucionario Institucional. En mi temprana juventud yo también trabajé para el tricolor, aunque nunca en realidad supe si formé parte del partidazo. Yo trabajé en el equipo de comunicación política del buen Ernesto. Y ganamos, haiga sido como haiga sido, si no que le pregunten a Don Esteban y al Jefe Diego.

Pero regresemos a ti. Definitivamente te doy la razón por haberte salido del Revolucionario y luego del partido del solecito. Tu intuición política fue magistral, ya que llegaste al poder, no obstante te robaron una elección presidencial en el trayecto. Ya en el poder, pues las cosas ya no son como antes. El poder presidencial se ha encogido continuamente desde que Fox pasó por los Pinos, con todo y toallas caras. También el crimen organizado está más fuerte que nunca, además de que el sistema de partidos está prácticamente despedazado. Lo único que no ha cambiado es que el Cruz Azul todavía no pasa de subcampeón.

En todos estos años, la única constante que yo hallo en relación a la política mexicana es la imaginación. Somos buenos los mexicanos para la imaginación. Sin imaginación sería imposible que la corrupción y la impunidad hayan tomado el protagonismo y las dimensiones de las que gozan actualmente. Sin imaginación sería imposible revivir a Pemex y a la CFE, para bien, para mal o para regular. Sin imaginación sería imposible echar a perder la educación de 3 generaciones de mexicanos, creando un ejército de mano de obra barata y sumisa al servicio del capital nacional y extranjero. Sin imaginación los partidos políticos no estarían lanzando como candidatos a reinas autoritarias de belleza, candidatos en ataúd, candidat@s corrupt@s, probables violadores, celebrities de la farándula, obispos emancipados cotorros o amiguitos que sueñan, mediante un maravilloso montaje, con chingarse 25 millones de pesos en estas elecciones. Mas lo que se acumule esta semana. Gracias a la imaginación, todavía es posible que la selección nacional gane el campeonato mundial de futbol.

Yo identifico cosas que me imagino y cosas que no me imagino. Empecemos por las que no me imaginé desde chavito, cuando trabajaba en la campaña presidencial de aquél:

1. No me imaginé que Vicente iba a ser un asterisco curioso en la historia de México.

2. No me imaginé que el innombrable sería en la actualidad frecuentemente nombrado en los altos círculos de poder en México.

3. No me imaginé que algún día le fueran a hacer caso a Isabel Hernández en relación a todo el círculo de funcionarios corruptos que rodearon al Jelipe y que estaban en la nómina del narco.

4. No me imaginé que un presidente que se fusiló una buena parte de su tesis de licenciatura ni siquiera hubiese considerado renunciar al cargo.

5. No me imaginé que los servicios de inteligencia extranjeros fuesen tan perjudiciales para México desde siempre, pero más de unos 21 añitos para acá.

6. No me imaginé que 36 años bastarían para tronar a los sistemas de salud, educación y vivienda en México, además de su capacidad exportadora que dejaba fuera a los intereses transnacionales.

7. No me imaginé que el Tratado de Libre Comercio (NAFTA) ensancharía más la brecha entre el pobre y el rico. Y que los ricos beneficiados se ofenderían si se les hacía notar el detalle y hasta se indignaban si no se les mostraba agradecimiento.

8. No me imaginé que una buena parte de las universidades mexicanas contribuirían a deseducar más que a educar al escaso mexicano que lograba llegar a la educación superior.

9. No me imaginé que el CONACYT sería sistemáticamente destruido de Fox para acá, con un acelerado desmembrar en los últimos dos años.

10. No me imaginé que la 4T fuese a firmar el T-Mec tal como está, ya que tu proyecto de nación es incompatible con las letras chiquitas y algunas grandotas del documento, negociado por tu cuate Seade, aunque diseñado por la gente de Videgaray.

11. No me imaginé que una pandemia iría a formar parte de mi vida y que la mayoría de los compatriotas actuarían como si ya supiesen todo al respecto, o peor aún, actuasen como si ya la hubieran controlado ante la inminencia de una tercera ola de contagios y muertes.

Lo que sí me imagino actualmente:

1. Me imagino que la 4T tiene que formarse primero como partido político para después ver de qué se trata el proyecto de nación.

2. Me imagino que ha de haber una lógica y un plan coherente que justifique la inclusión intensiva de las fuerzas armadas en el devenir nacional. Después de todo el tuyo, mi López, es un gobierno de izquierda.

3. Me imagino que la oposición medio madurará más allá del 2024, y sólo así podrá hacerle frente a la 4T en las urnas. A menos que haya una sorpresa en el 2024. En el 2021 no creo que haya sorpresas. Las encuestas serias le dan una ventaja de 2 a 1 a MORENA. Aunque en las diputaciones federales el INE podría tener la última palabra.

4. Me imagino que el Gran Jefe electoral dará una batalla sin cuartel en las actuales elecciones, perjudicando sobre todo a la 4T. Me imagino también que ésto provocará una reacción en cadena después de las elecciones, con muchas probabilidades de que el INE pierda el agarrón. Y esto haciendo a un lado la posible toma de las instalaciones del INE, en plenas elecciones, por los guerristas de Guerrerro.

5. Me imagino que algún día López-Gatell será juzgado por la historia. El 3 de junio de 2020 se contabilizaban 11,729 fallecidos por la pandemia en México. Al día siguiente, este amigo subía la estimación de muertos a 35,000. En el presente mes ya superamos los 200,000 muertos y ocupamos el tercer lugar mundial, tan sólo rebasados por Estados Unidos y Brasil.

6. Me imagino que el buen Ricardo le lleva un buen de ventaja al resto de los probables sucesores. Lo que sí no me puedo imaginar es si él en realidad está dispuesto a seguir con el road map de la 4T. O si hay uno, para ser exactos.

7. Me imagino que 6 años no bastan para reconstruir al país después de 36 años de constante e irresponsable destrucción. Creo que unos 12 años en el poder es más que suficiente para saber si el daño en realidad se puede reparar. Aunque ojo, compañero López, el pueblo mexicano ya no está para experimentos sociales, políticos y económicos. El mal llamado neoliberalismo nos dejó en la orillita del desastre histórico y cualquier error puede ser de fatales consecuencias. Es importantísimo saber lo que uno hace. ¡Ojo avizor!

8. Me imagino que, por lo visto, la misma estrategia de las últimas elecciones de alianzas eclécticas se usa en las presentes elecciones. Ésto es muy preocupante. Mucha alianza y poca idea, al menos eso parece. Es hora de echar a andar las ideas, ya que si durante 36 años los intereses reinaron, lo más probable es que los intereses sigan reinando cuando se recluta a puro soldadito y soldadita de plástico… Y así no va a cambiar nada.

9. Quiero imaginarme que de una u otra forma las ocurrencias de las mañaneras son una especie de premisas dialécticas de posicionamiento de agenda en el juego político. Una especie de retórica pensante (como en los viejos tiempos del Revolucionario) para despistar el enemigo, mientras se gana tiempo para sacar al país de la barranca.

10. Quiero imaginarme que no se le ha acabado la imaginación creativa a usted, compañero López, ni está siendo reemplazada por la imaginación surrealista, mañanera tras mañanera. Lo surrealista es atractivo al principio, pero luego cansa y finalmente harta.

11. Me imagino que este año el Cruz Azul la va a cruzazulear y a lo mucho gana otro subcampeonato.

Reciba un afectuoso y respetuoso saludo, mi Míster, del más humilde de sus compadres observadores.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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