Los presidentes Calderón (2006-2012) y Peña Nieto (2012-2018) justificaron la presencia del Ejército en las calles al asegurar que solo cumplían tareas de apoyo a la seguridad pública de manera temporal mientras se reestructuraban y profesionalizaban las policías estatales y municipales.
Esto nunca ocurrió y los soldados se quedaron de manera permanente en la calle al tiempo que se hicieron responsables y asumieron el control de las actividades de los policías. Esa supuesta reestructuración nunca ocurrió, salvo en dos o tres excepciones.
Como parte de la militarización, al inicio del gobierno del presidente Calderón (2006-2012) había 45,000 efectivos en la calle y al término de su mandato ya eran 52,690. En los dos primeros años de su gobierno, a pesar de la presencia de los soldados, hubo 18,452 homicidios dolosos.
Al arranque del gobierno de Peña Nieto (2012-2018) en las calles estaban desplegados 34,529 militares y al fin de su gestión eran 54,980. En los dos primeros años de su gobierno, a pesar del despliegue del Ejército, hubo 29,063 homicidios dolosos.
A lo lago de los sexenios de Calderón y Peña Nieto el candidato López Obrador fue un acérrimo crítico de la militarización y de la acción del Ejército en las calles. Una y otra vez repitió que de llegar a la presidencia de inmediato regresaría a los militares a los cuarteles. No ha sido así.
Ya como presidente (2018-2024) decidió acelerar y radicalizar la militarización. ¿Cambio de posición? ¿Por qué? ¿Por qué ahora hace lo contario a lo que siempre sostuvo? ¿Su supuesto antimilitarismo fue solo una estrategia de campaña electoral para ganar votos?
El presidente López Obrador arrancó muy pronto con 71,822 efectivos en las calles. A los que se deben añadir a los integrantes de la Guardia Nacional (GN) que es el mismo Ejército con otro uniforme, pero un mismo mando. En los dos primeros años de su gobierno, a pesar de la radicalización de la militarización, hubo 48,909 homicidios dolosos.
Es evidente que la estrategia de mantener al Ejército en las calles no ha funcionado en el gobierno de Calderón, de Peña Nieto y tampoco en el de López Obrador. Año con año crece el número de los homicidios dolosos a pesar de que se aumenta el número de los efectivos en las calles.
La evidencia muestra que en los últimos 14 años la militarización no ha sido la solución, pero se le sigue apoyando. En este gobierno, el más violento de la historia de los últimos 70 años, con más ahínco. No hay ninguna base científica que muestre la pertinencia de la estrategia y sí hay muchos elementos que prueban de manera contundente que ese no es el camino, para logra la paz pública.
Twitter: @RubenAguilar