De manera directa e indirecta los medios fifís, los “no alineados”, columnistas, comentaristas, opinadores, analistas, “moneros”, editorialistas, etc. hemos colaborado a crear la monstruosa figura egocéntrica, narcisista, soberbia, intransigente del inquilino de Palacio Nacional que lejos de minimizarlo hemos fortalecido.
Sí, la triste, desalineada, mamarracha, pobre, insignificante imagen del hombre, no del mandatario, del gobernante, del administrador (no gobierna) de la vida de 129 millones de mexicanos, porque esta responsabilidad no sabe hacerla, sus resultados son fatales, fallidos, vergonzosos, irresponsables, nefastos. La economía del país no sólo estancada, sino a pique pues en 1 año 10 meses ha sostenido “orgulloso” una recesión infame del orden de -18 por ciento (-18%) del Producto Interno Bruto (PIB). Ahuyentó la inversión extranjera directa, mandó a la calle a más de 3 millones de trabajadores, entre burócratas, empleados del sector privado, sub contratados, eventuales, freelances, etc.
Quienes pudieran contratar al desplazado no existen, ya que miles de micro, pequeñas y medianas empresas, 4.2 millones de unidades económicas (99.8% consideradas Mipymes) que aportan 42 por ciento del PIB, generan el 78 por ciento del empleo en el país, fueron abandonadas, ignoradas a su suerte al inicio de la Pandemia de Coronavirus, por Andrés Manuel López Obrador, cuando en un llamado urgente el sector comercio clamó por apoyos a la Transformación de 4ª, El Peje dijo “mi gobierno no rescatará empresas”
Fue más allá (inicio del COVID 19 -marzo/abril-, “si hay una quiebra que sean los empresarios o los accionistas quienes asuman la responsabilidad… Ningún grupo puede imponer su política… Le corresponde al Estado conducir la economía” ¿Cuál?, ¡¡así de mala!!
El resultado, miles de pequeños y medianos negocios quebraron. Los micro crearon “la economía de la puerta”. Esta que el desempleado, la burócrata despedida, el matrimonio desplazado, sacan al zaguán de su casa un anafre, parrilla, estufa para guisar garnachas, tortas, quesadillas, pozole, birria, postres, gelatinas, bebidas calientes, etc. y vender alimentos desde 15 a 50 pesos en rescate el día, la semana, quincena, mes y allegarse recursos dignos, blancos para mantener a la familia.
Si bien COVID llegó a México en el peor sexenio en la historia del país, golpeó en todos los sectores, lo cierto que la Transformación de 4ª (léase López Obrador) no tuvo idea, no estaba preparado, no existía un plan, proyecto o proyección ante imponderables, como la pandemia y su reacción fue torpe, tardía, estúpida, insensata, al grado de ignorarla y señalar que era una simple gripita, que, con fetiches, estampitas, “detente” era suficiente para controlarla.
Resultado: cifras al 7 de octubre 2020: más de 83 mil fallecidos. Contagiados supera 800 mil. Y sospechosos rebasa 300 mil. ¡¡Por sus resultados os juzgaremos!!
Un sexenio exitoso, o al menos que demuestra pensar en la gente (no su permanencia en el poder, o conservar -a wevo- la mayoría en la Cámara de Diputados) es aquel que gobierna para dar resultados. Que eleva la calidad de vida de la población, que vislumbra crecimiento económico para incrementar fuentes de empleo, nuevas empresas e industrias; que apoya a los micro, pequeños y medianos emprendedores. Vigilante y actuante en la salud de su gente. Que garantiza tranquilidad, paz, convivencia pacífica. Que no negocia con la delincuencia organizada (carteles) y lucha de verdad contra la corrupción, la impunidad y el nepotismo, da como resultado simpatía, respaldo, cariño, confianza y lealtad al gobernante. Aplaude sus acciones como: Benito Juárez García, Lázaro Cárdenas del Río, Adolfo López Mateos, Adolfo Ruíz Cortínez. Miguel Alemán Valdez. Ellos gobernaron, no ponderaron su imagen, su narcisismo, su egolatría.
Para el caso del actual inquilino de Palacio Nacional (no presidente, sino administrador… y malo) le aplico el pasaje bíblico en Mateo 7. 16, que dice “por sus frutos (resultados) os conoceréis: son las buenas obras (resultados) que se hacen, no sus buenas intenciones (ideales), ni su fe que no se puede ver. Son las acciones visibles” (fin de la cita) Resultados que beneficien a los mexicanos… no dádivas, dinero, productos, “becas”, falacias, engaños, promesas, discursos mentirosos, obsequios con sentido electorero, etc.
Su bandera de campaña, durante 3 elecciones, fue acabar con la corrupción, meter a la cárcel a los gobernantes y políticos desleales del pasado -alharaqueaba- Ahora que tiene la oportunidad “pactó”, acordó con gobernante del pasado (Enrique Peña Nieto) no tocarlo ni con la hoja de una denuncia. Por sus actos de corrupción (comprobado, exhibido y sustentado), él será intocable… pero, le pidió un chivo expiatorio, “el sacrificado” del peñato, Emilio Lozoya Austin (ex director general de Pemex) para presumir que su combate a la corrupción está en marcha. El resultado, al padre de Odebrecht mexicano López Obrador le colgó la etiqueta de “testigo (protegido) colaborador” para no pisar la cárcel, pese a declararse culpable. Goza de encierro domiciliario (la rata de Lozoya) vive en cabal impunidad, disfrutando los placeres de dormir en su cama con sabanas de seda, baño en yacusi, mullida sala en donde disfruta películas, series, deportes, programación variada, en pantalla de 80 pulgadas, acompañado de esposa, hijos, nietos, etc.
Esa es la interpretación que hace El Peje de “acabar” con la corrupción. Pero como dice la conseja popular “lo que no puedes ver, en tu casa los has de tener” … Bueno, el “ínclito” López, con conocimiento de causa, omiso y cómplice engendra en las pocas neuronas que le quedan la corrupción genealógica de los López Obrador. En casa (familiar) tiene varios especímenes (hermanos, nuera, cuñada, hijos, etc.) a quienes les brota por los poros y corre por sus venas la corrupción: Pío, Ramiro, Arturo; la cuñada Concepción Falcón, la nuera Carolina Adams, más José Ramón, Gonzalo, Andrés Manuel, que, por supuesto, no son dechado de honestidad (valiente), transparencia, honradez, lealtad (al Peje), dignidad, integridad, probidad, moralidad y demás virtudes que deben ennoblecer a la familia de quien “gobierna” México.
Esto es en el seno familiar. ¿Qué tal en la oficina?… por los pasillos de Palacio Nacional, en varias dependencias del “Gobierno de México” (T4a), en las curules y escaños del Legislativo, en el edificio vecino de Palacio, SCJN, infinidad de burócratas millonarios llevan tatuado en la camiseta vino tinto (color de Morena) el signo de corrupción, el ADN de todo lo que huele a López Obrador, que, para ser reclutado en gabinetes, dependencias, organismos descentralizados, etc. debe haber sido corrupto en cualquier etapa de su vida.
Los más allegados al tabasqueño, su primer círculo de perversión, están sellados antes, cuando y al terminen su encargo, con el estigma de corruptos -por eso están ahí- Ejemplos, uuuufff, hartos: Marcelo Ebrard, Napoleón Gómez, Eréndira Sandoval, John Akerman, Rocío Nahle, Manuel Bartlett, Zoé Robledo, Manuel Bartlett Jr. Mario Delgado, Ricardo Monreal, Ana Gabriela Guevara, Andrés Manuel López Obrador, Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (en donde se roban, lo que los corruptos, delincuentes, carteles, asesinos se robaron), todo México lo sabe y nada hacen las autoridades (in) competentes como la Fiscalía General de la República, la Secretaría de la Función Pública, la Unidad de Inteligencia Financiera (SHCP), que sólo investiga el pasado, e ignora a los del presente; el SAT. El Poder Judicial (SCJN), Consejo de la Judicatura Federal (órgano de la Corte), en donde sus Jueces, Ministerios Públicos Federales, etc. impulsan el nepotismo, “los entres”, “la cuota”, “lo que sea su voluntad” … y más.
Resultado: la corrupción no se acaba, exponencialmente aumenta. Y el encargado del país lo sabe, lo ignora, participa, omite, apapacha. Dos ejemplos de ello, con gusto: octubre de 2019, las fuerzas armadas capturaron, esposaron y llevarían ante el Ministerio Público Federal al heredero y líder del Cartel de Sinaloa, Ovidio Guzmán López, hijo del Chapo Guzmán, ahora encargado del “changarro de la perversión”.
Sometido, le permitieron hacer una llamada por celular -pese a estar inmovilizado- minutos, qué digo, instantes de colgar, por sorprendente “magia”, se ordenó liberarlo, sin explicación alguna, sólo un lacónico “suéltenlo”. Con la impotencia reflejada en el rostro, soldados y guardias nacionales, obedecieron la orden “sin chistar”. Lo desposaron y sus cómplices, de inmediato entró nuevamente a la casa. Los guardianes federales avergonzados, impotentes se retiraron del operativo.
Horas después se conoció que la “orden” de liberarlo la dio vía teléfono celular Andrés Manuel López Obrador, mientras volaba de la Ciudad de México a la capital de Oaxaca, para iniciar un paseo oficial, disfrazado como gira de trabajo. Esta acción produjo la burla, sorna, hilaridad de mandatarios de todo el mundo, de los organismos policiacos de Estados Unidos: FBI, DEA, Jueces Federales, y el escarnio de la prensa internacional.
La escusa que dio El Peje fue humillante, desvergonzada, irracional. Resultado, Andrés Manuel se convirtió en el hazmerreír internacional.
Semanas después, para reconfirmar su lealtad, afinidad, sometimiento, entreguismo, fidelidad a la familia Guzmán Loera/López en la mismísima tierra natal de “El Chapo” y de Ovidio, fuera de agenda oficial, López Obrador visitó, saludo y conversó con la madre y abuela de Joaquín y Ovidio, Consuelo Loera, para expresarle “orden cumplida, señora, su nieto está libre”.
Resultado, el enfado y reacción sangrienta de los Carteles Jalisco Nueva Generación, Santa Rosa de Lima, de los Arellano Félix, Familia Michoacana, Beltrán Leyva, Los Zeta, del Golfo, entre otros, pese a tenerlos consentidos con “Perdón y Olvido”, “Abrazos y no balazos”, Amnistía, y “defensa de sus derechos humanos”.
Resultado, las cifras fatales para 2020, qué a septiembre, registra más de 39 mil homicidios dolosos, producto de la guerra intestina entre los carteles, que reconoce López Obrador, son 37 grupos en buscan del control total del país. El problema más grabe es que 39 mil familias, a quienes en campaña y en su toma de protesta prometió cuidar, proteger, paz, tranquilidad, etc. se quedaron sin jefe de familia, huérfanos, viudas, sin hijos, vínculos rotos, destrozados.
Recordemos a Mateo 7. 16 “por tus frutos os conoceréis”. Andrés, por tus resultados te conocemos, además padecemos… a ti no te importamos.
*Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT) y de Latitud Megalópolis (LM)