Energía eléctrica sin contaminar

No se trata de si un generador eólico hace o no feo el paisaje. Es una cuestión de crear los recursos para generar la electricidad que necesitamos, pero sin seguir contaminando. Una lección que nos ha dado la naturaleza con el encierro es mostrarnos cómo se regenera el planeta. Osos, coyotes y jabalíes deambulando por las calles vacías de Monterrey o el espectacular fenómeno de la luminiscencia marina en las playas de Acapulco, que no se veía hace más de 60 años.

En su proceso final de construcción, las centrales que generan energía eólica y solar no están haciendo las pruebas iniciales necesarias en las redes eléctricas para iniciar el suministro regular. El Centro Nacional de Control de Energía está dando prioridad a las plantas de la Comisión Federal de Electricidad, que continúa con las mismas prácticas de generación basada mayormente en la utilización de un contaminante altamente tóxico como el combustóleo, en vez de abrir paso a tecnologías en desarrollo más amigables con el medio ambiente.

Los sistemas eléctricos de otros países no descartan la energía eólica y solar sólo porque el viento no siempre sopla y el sol no siempre brilla. La incluyen como complemento de otras fuentes limpias y estables. Noruega es el mejor ejemplo. Ese país es capaz de cubrir 98 por ciento de su demanda actual con 96 por ciento de energía hidroeléctrica y 2 por ciento eólica y biomasa. De esa manera, las intermitencias son perfectamente controlables mientras se perfecciona esa tecnología.

Su plan va todavía más allá. Para 2030 planea haber reducido por lo menos 40 por ciento sus emisiones en comparación con los niveles de 1990. Para eso está tomando medidas contundentes como abandonar el gas para calefacción y adoptar cada vez más el uso de automóviles híbridos y eléctricos.

Otros países están explorando más alternativas. Suecia, Italia, Japón, Filipinas, Estados Unidos, Nueva Zelanda y Australia están volteando hacia la energía geotérmica, es decir, aprovechar la gran cantidad de calor que generan las entrañas del planeta, una fuente prácticamente inagotable. Los países ubicados en el llamado Cinturón de Fuego del Pacífico tienen la mejor veta porque se trata de la zona más volcánica del mundo. Los detractores de esta opción observan que utilizarla puede ocasionar pequeños sismos que la hacen insegura.

La cuestión es explorar. Se lo debemos a nuestro planeta. Hay diversas fuentes de energía natural, renovable y amigable con el medio ambiente que pueden utilizarse. Después de todo, proyectar la construcción de más plantas nucleoeléctricas como la de Laguna Verde, en Veracruz, también conlleva riesgos, se requiere de instalaciones especializadas para confinar todos los desechos radiactivos y está demostrado que también contaminan los lugares donde se ubican.

Una de las tareas prioritarias de todo gobierno es garantizar la calidad de vida del pueblo y eso incluye el mayor cuidado posible del medio ambiente.

ADRIANA DELGADO
@ADRIDELGADORUIZ

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