La UNCTAD (Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo) ha señalado que las nuevas inciativas para combatir la evasión fiscal en México desincentiva la inversión y pone a empresarios nacionales y extranjeros en no llevar a cabo sus inversiones en el territorio nacional, esto debido a las iniciativas de ley para combatir la evasión fiscal
La polémica la ha generado la llamada “Ley Armenta”, ya que al buscar regular la evasión fiscal, el lavado de activos, la simulación de operaciones y la corrupción, las cuales han generado un déficit enorme a las finanzas públicas en los últimos quince años, ahora busca ampliar esos delitos incluyéndolos en la temida Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada, por lo que, de forma automática, se equiparan al terrorismo, al tráfico de armas y al contrabando, pudiendo generar una ficha internacional de búsqueda con ese status en contra de los empresarios.
Ningún empresario quiere ser tratado como narcotraficante o terrorista, que se le prive de su libertad y se le expropien sus bienes antes de iniciar un juicio, cuando se considere que incurre en algún delito fiscal su empresa o actividad, pues estos actos pudieron ser ocasionado por un empleado o incluso un tercero que le entregue una factura falsa de la cual no sabía. Esto no sucede en los países democráticos, en donde se debe buscar la recaudación fiscal, pero sin generar terrorismo de estado. Además, en un país donde los índices de corrupción y falta de estado de derecho se encuentran entre los más altos de América Latina, este tipo de esquemas puede ser utilizado para la extorsión o incluso la persecución política, lo que genera gran incertidumbre entre los inversionistas.
La OCDE y el FMI han recomendado impulsar políticas públicas recaudatorias en esquemas que busque ampliar la base grabable enfocada al desarrollo, en especial al proceso productivo que genera empleo, por lo que debe evitarse los esquemas que afecten la base activa de tributación y enfocarse más en la actividad de supervisión y auditoria privilegiando el diálogo.