Una cumbre sin consenso: las grietas del G7 salen a flote

Kananaskis, Canadá. En medio de crecientes tensiones globales, los jefes de Estado y de gobierno del Grupo de los Siete (G7) arrancaron este lunes su cumbre anual con un llamado a la unidad frente a los conflictos en Ucrania y Oriente Medio. Sin embargo, la jornada estuvo marcada por las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien calificó como un error la exclusión de Rusia del bloque.

La reunión, que se lleva a cabo en la zona turística de Kananaskis, en las Montañas Rocosas canadienses, congrega a los líderes de Reino Unido, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Estados Unidos, además de representantes de la Unión Europea. Las conversaciones se extenderán hasta este martes, en un contexto marcado por las crecientes hostilidades entre Israel e Irán, así como la persistente guerra en Ucrania.

Desde el inicio, la posibilidad de consensuar posturas clave se vislumbra complicada. Un alto funcionario estadounidense indicó que Trump no respaldará ningún comunicado conjunto que promueva la desescalada del conflicto entre Israel e Irán, lo que anticipa posibles fracturas entre los aliados.

Durante su encuentro con el primer ministro canadiense, Mark Carney, el mandatario estadounidense insistió en que la expulsión de Rusia del entonces Grupo de los Ocho fue una equivocación estratégica. “Fue un gran error”, sostuvo Trump. “No tendríamos esta guerra. Cuando tienes a tu adversario en la mesa, no lo conviertes en enemigo; en ese momento, ni siquiera lo era”, argumentó en referencia a la anexión de Crimea por parte de Moscú en 2014, hecho que motivó la suspensión de Rusia.

Ante la posibilidad de nuevas tensiones diplomáticas como las registradas en la cumbre de Quebec en 2018 —cuando Trump retiró el respaldo de su delegación al comunicado final—, Canadá ha optado por no insistir en una declaración global unificada. En su lugar, se han trabajado borradores temáticos sobre migración, inteligencia artificial y cadenas de suministro estratégicas, aunque hasta ahora ninguno cuenta con el visto bueno del gobierno estadounidense, según fuentes cercanas a las negociaciones.

En tanto, los representantes europeos mantienen una postura alineada en la mayoría de los temas, señalaron fuentes diplomáticas. No obstante, sin el respaldo de Estados Unidos, sigue siendo incierto si de esta cumbre emergerán declaraciones oficiales conjuntas.

La reunión del G7 en Kananaskis evidencia no solo las divisiones internas entre potencias occidentales, sino también el desafío de mantener una postura coherente frente a las crisis internacionales que se intensifican día con día.