Por: Pedro Alvirde García
Apreciables amigas y amigos lectores:
Como sabemos, la información hoy en día viaja a una velocidad vertiginosa, casi en tiempo real, gracias a los avances de la inteligencia artificial, la interconexión satelital y el desarrollo de tecnologías informativas. Como siempre, esta columna se mantiene seria, crítica y propositiva.
En la edición pasada abordamos las tensiones migratorias que escalaron hacia una crisis diplomática entre Estados Unidos y México. Este viernes, la presidenta Claudia Sheinbaum dio instrucciones claras tras diversos desencuentros entre figuras políticas en redes sociales. Su mensaje fue contundente: pidió a los morenistas dejar de hacer política en redes. Un reconocimiento especial a la mandataria mexicana: ya era hora de poner orden en casa.
En los lamentables recientes hechos vandálicos ocurridos en California, se mencionó la posible infiltración de grupos violentos que aprovecharon protestas pacíficas organizadas por mexicanos documentados. Estos connacionales, con justificada indignación, salieron a las calles para exigir clemencia y tolerancia hacia sus familiares detenidos por la agencia ICE durante redadas y operativos. Reconocemos que la mayoría de nuestros paisanos —y latinos en general— radicados sin documentos en EE. UU., solo buscan una oportunidad para trabajar y mejorar la calidad de vida de sus familias. Persiguen el tan anhelado sueño americano, que tristemente no encuentran en sus países de origen; por fortuna este fin de semana el Presidente Donald Trump, anuncia de último momento e instruye “suspendan todas las investigaciones/operaciones de cumplimiento de la ley en centros de trabajo en el sector de agricultura (incluyendo acuicultura y plantas empacadoras de carne), restaurantes y hoteles”.
Los actos vandálicos sucedidos sirvieron como justificación para que el presidente Donald Trump, ordenara el despliegue de fuerzas armadas federales en California, en puntos geográficos y simbólicos clave. Recordemos que estas fuerzas no están entrenadas para labores civiles, sino para conflictos bélicos de alta intensidad. Recientemente se ha publicado información delicada que podría redefinir la historia de ambas naciones y, de ser abordada con seriedad, mejorar sus relaciones en un giro de 180 grados hacia una nueva etapa de cooperación binacional. De acuerdo con estos reportes, las intenciones del presidente Trump tendrían un trasfondo más complejo. En territorio estadounidense, opera una organización internacional de ideología comunista, vinculada —según información publicada— con actores políticos extranjeros. Esta organización estaría involucrada en operaciones de lavado de dinero, producción y tráfico de precursores químicos, y en actividades destinadas a desestabilizar gobiernos, instalada desde los inicios del gobierno de Biden.
Se señala a un líder multimillonario y empresario radicado en Shanghái como el enlace directo con una página web que promueve afiliación, movilización y resistencia contra la autoridad. Sus reclutas, en su mayoría latinos indocumentados, son seleccionados desde su país de origen con experiencia militar previa y antecedentes penales. Se trata de una especie de “reserva violenta”, entrenada para el enfrentamiento.
La congresista Ana Paulina Luna, del estado de Florida, denunció públicamente los vínculos de esta organización con actores socialistas de La Habana, China y Venezuela. Según sus declaraciones, este fin de semana se planea una serie de actos violentos bajo el nombre de “El verano del amor”, promovidos mediante propaganda masiva en WhatsApp. A los indocumentados se les ofrece protección y financiamiento a cambio de participar en estas acciones ilegales, con la finalidad de desbordar manifestaciones pacificas y tornarlas violentas.
Lo más alarmante es que, según estas denuncias, algunos indocumentados estarían siendo forzados a integrarse a estas células, presentes en varias capitales estatales de EE. UU. También se investigan posibles vínculos con organizaciones criminales mexicanas, conocidas por todos por su peligrosidad y conexiones internacionales que forman parte del gran entramado de violencia en nuestro país.
Lo prioritario ahora es velar por la seguridad y la integridad de nuestros connacionales de bien: hombres y mujeres que buscan en EE. UU. un futuro mejor para sus familias. A ellos, nuestro respeto y apoyo. Muchos de ellos ya han jurado lealtad a la Constitución estadounidense como parte del proceso para obtener su ciudadanía. Son ejemplo de honor, esfuerzo y superación.
Es momento oportuno para que el gobierno mexicano solicite —de manera respetuosa pero enfática— que se investigue a fondo esta situación. Es necesario deslindar a los mexicanos de los actos violentos y dar crédito a las declaraciones de la congresista Luna. Queda claro que la Bandera de México fue secuestrada simbólicamente por vándalos financiados desde el extranjero, a través de organizaciones con sede en los propios Estados Unidos; es inaudito que la información de inteligencia desde los consulados de México, no le lleguen a la Presidenta Claudia Sheinbaum; qué papel juega la embajada de nuestro país allá en EE. UU. ¿Por qué no le informan? Que quede claro, los mexicanos en su mayoría somos gente de bien, que sabemos trabajar, hacer amigos, sabemos ser socios, pero sobre todas las cosas nos caracterizamos por nuestra lealtad y honor.
Como dijo una vez Martin Luther King:
“La paz no es solo la ausencia de guerra, sino la presencia de justicia”.
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