Los mercados financieros y de materias primas reaccionaron con fuerza tras el ataque de Israel contra Irán ocurrido la madrugada del viernes. El impacto geopolítico de la ofensiva ha impulsado una escalada en los precios del petróleo, ha provocado retrocesos significativos en las bolsas y ha fortalecido activos refugio como el oro y los bonos soberanos, en un contexto global marcado por la incertidumbre y la tensión en Oriente Medio.
Suben el petróleo Brent y WTI hasta un 15%
El crudo ha sido uno de los activos más sensibles a esta nueva escalada. Los futuros del West Texas Intermediate (WTI), referencia en Estados Unidos, llegaron a aumentar cerca del 15% en el mercado de Chicago, alcanzando los 77.5 dólares por barril, su nivel más alto en casi un año, antes de estabilizarse ligeramente. Por su parte, el Brent, referencia internacional, avanzó más de un 13%, superando los 78.5 dólares por barril.
Con estas alzas, el petróleo se encamina a registrar su mayor subida semanal desde 2022, revirtiendo las pérdidas acumuladas a lo largo del año, ocasionadas por el lento crecimiento global y el aumento inesperado en la capacidad productiva de la OPEP+. La reciente escalada de más del 30% desde los mínimos del mes anterior podría impactar directamente en los precios del combustible y elevar la inflación a nivel mundial, justo cuando comienzan a sentirse los efectos de nuevas políticas arancelarias.
El oro alcanza nuevo récord histórico
En momentos de alta tensión internacional, los inversionistas suelen buscar refugio en activos seguros. Es el caso del oro, cuyo precio subió más de 1%, alcanzando un nuevo récord histórico cercano a los 3,450 dólares por onza. Los bonos del Tesoro de Estados Unidos también reflejaron esta tendencia, con un aumento en su demanda que redujo sus rendimientos.
Bolsas globales en rojo
En contraste, los mercados bursátiles experimentaron una fuerte caída. Los futuros del índice S&P 500 descendieron un 1.8% tras conocerse los bombardeos, mientras que los del Nasdaq retrocedieron más del 2%. En Europa, los contratos vinculados al Euro Stoxx 50 bajaron también 1.8%, y en Asia las principales bolsas abrieron con pérdidas.
La inestabilidad provocada por el ataque llevó a los inversores a alejarse de los activos de mayor riesgo y a buscar posiciones defensivas, a la espera de nuevas señales sobre la magnitud del conflicto y una posible respuesta por parte de Irán.
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