Trump modifica política aérea de EE. UU. permitiendo vuelos supersónicos

Trump política aérea supersónicos

Trump modifica política aérea de EE. UU. permitiendo vuelos supersónicos.

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¿Qué decisión tomó el presidente?

El presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que elimina la prohibición de vuelos supersónicos sobre territorio estadounidense, vigente desde hace 52 años. Esta medida representa un giro significativo en la política aérea del país y busca impulsar una nueva era en la aviación comercial. Según la instrucción presidencial, la Administración Federal de Aviación (FAA) deberá establecer nuevos estándares de certificación que permitan estas operaciones, siempre que el ruido no sea audible al nivel del suelo.

El anuncio se produjo semanas después de que legisladores presentaran una propuesta bipartidista con el mismo objetivo. La decisión responde al creciente interés del sector privado por revivir este tipo de vuelos, frenados desde la retirada del Concorde en 2003.

¿Quiénes se benefician de esta medida?

Empresas como Boom Supersonic ya celebraron la orden ejecutiva. Su prototipo XB-1 rompió la barrera del sonido en enero pasado, convirtiéndose en la primera aeronave civil de desarrollo privado en hacerlo sobre Estados Unidos. Blake Scholl, CEO de la compañía, afirmó con entusiasmo que “la barrera del sonido nunca fue física, sino regulatoria”, subrayando que ahora el regreso de los vuelos supersónicos comerciales es solo cuestión de tiempo.

La meta de compañías como Boom es reducir significativamente los tiempos de viaje, tal como sucedía con el Concorde, que conectaba Estados Unidos y Francia en menos de cuatro horas. Sin embargo, los altos costos de operación y los problemas ambientales terminaron por retirar a esta aeronave legendaria. Hoy, con nueva tecnología y normas más flexibles, el sueño de volar más rápido que el sonido podría convertirse en realidad.

¿Qué otros cambios impulsó Trump?

Junto con esta decisión, Trump firmó otras dos órdenes ejecutivas para acelerar la comercialización de drones y el desarrollo de vehículos eléctricos de despegue vertical, similares a los que aparecen en películas futuristas. Además, estableció un grupo de trabajo federal encargado de revisar las restricciones actuales al vuelo de drones, con el objetivo de crear un entorno más ágil para el avance tecnológico.

En conjunto, estas medidas reflejan una estrategia para posicionar a Estados Unidos como líder en innovación aeronáutica, reduciendo la carga burocrática y abriendo paso a nuevas formas de transporte. La posibilidad de viajar de Nueva York a Los Ángeles en menos de cuatro horas ya no parece tan lejana, y el impulso presidencial puede ser el motor que acelere ese futuro.


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