Una madre buscadora en cada hija te dio.
Hermenegildo García.
Trato de escribir lo que me dictan mis conocimientos, percepciones y emociones. Trato de ser racional ante lo que veo y vivo día a día. Trato de dar lo mejor de mí para que mis tres lectores se queden con alguna reflexión, duda, idea y podamos navegar en una conversación que alimente mi inteligencia, consolide mis creencias y motive mi deseo por saber más.
Por eso siempre he elegido a personas más inteligentes, cultas, con mayor conocimiento del mundo, con un franco equipaje de viajes y una inmensa alegría por trabajar, esforzarse, sufrir y gozar los vaivenes de la vida como mis amigos.
Eso es lo que trato, alimentarme de ellos; más no sé si lo logro.
Teuchitlán es, al igual que Huitzilac, Topilejo, La Plaza de las Tres Culturas, San Miguel Canoa, Acteal, Ayotzinapa, una expresión de desprecio, infamia y estupidez de lo que puede hacer el ser humano contra su peor enemigo: el ser humano.
El asombroso se agota y poco a poco, con escasa resistencia de mi voluntad y criterio, la conformidad va ganando espacios en mi alma, mi mente y consciencia. Y es ahí donde el crimen verdaderamente va ganando la batalla. Podrán controlar carreteras, dominar territorios, imponer su pobreza humana y violenta pero cuando vencen nuestra voluntad o someten nuestros sentidos, los criminales van ganando.
Es escalofriante el desdén del poder público a este asunto, es de idiotas ver como las autoridades de distintos niveles de responsabilidad se lanzan culpas sin tener la sensibilidad, el decoro, la valentía de decir: sí, fallamos.
No pueden ser valientes y optan por la cobardía de un sistema que hace de la corrupción una forma de sobrevivencia y acumulación de poder ilegal. No pueden ser responsables y se afanan en sostenerse en el cargo, porque sin él, la impunidad se les agotaría. No pueden ir contra su sustento, contra el pan de sus hogares, contra la comodidad de sus familiares, contra la simulación ante sus conocidos porque la harina de ese pan es el cuerpo de víctimas esparcidas en todo el territorio nacional, porque su comodidad flota en la sangre de mujeres, jóvenes y niños de la nación, porque la simulación es el maquillaje que le da brillo al rostro de la ineficiencia con la ceniza de los calcinados.
Esos son los que nos gobiernan. En lo que va de este siglo, son las cúpulas y las élites nacionales de los ineptos del PRI, los clasistas del PAN, los mediocres Verdes, los simuladores de MC, los prostituidos del PT, los agusanados de Morena. Todos son responsables. Ninguno está exento de la muerte que nos persigue, alcanza, abarca y aniquila.
El desdén tiene rostro de exterminio y sabemos sus nombres.
Hoy no pude dar lo mejor de mí, la rabia me dictó al oído.
Edgar Mereles Ortiz.
Desde Santa Cruz Xoxocotlán, Oaxaca a 12 de marzo del 2025.