Daniel Serrano pone en duda la transparencia de la administración saliente en Cuautitlán Izcalli, a cargo de Karla Fiesco
Cuautitlán Izcalli enfrenta un inicio turbulento en su transición administrativa. Daniel Serrano Palacios, presidente municipal electo por MORENA, señaló graves irregularidades y falta de transparencia en la entrega de información por parte de la administración saliente de Karla Fiesco García, del PAN. Durante una conferencia de prensa este miércoles 18 de diciembre, Serrano denunció que la falta de respuesta a 314 solicitudes de información deja al municipio en una situación de incertidumbre.
Entre los problemas más graves, Serrano destacó un pasivo laboral de 1,400 demandas sin resolver, calificándolo como “el más alto del país”. Este panorama, según el alcalde electo, evidencia una gestión descuidada y desatendida.
Acusaciones de conflicto de interés y gastos excesivos
Serrano señaló al despacho de abogados de Alfonso Álvarez Malo, representante del PAN ante el IEEM, como responsable de los asuntos jurídicos municipales, apuntando un posible conflicto de interés. Según el futuro edil, este despacho ha generado gastos millonarios, agravando la crisis económica del municipio.
Crisis financiera en instituciones clave
La situación financiera de organismos como Operagua y el DIF municipal es crítica. Operagua no ha podido cubrir aguinaldos ni prestaciones, trasladando esta carga al próximo gobierno. Por su parte, el DIF enfrenta una severa insuficiencia de recursos, dejando apenas 30 millones de pesos en las cuentas municipales, un monto que contrasta con los 94 millones requeridos mensualmente para la nómina.
Irregularidades y austeridad republicana
Entre las denuncias de Serrano, destacó que un funcionario de Operagua firmó documentos como contador sin contar con cédula profesional, lo que podría constituir usurpación de profesión. A pesar de ello, el próximo alcalde afirmó que no habrá “cacería de brujas”, pero tampoco se encubrirán irregularidades.
Para enfrentar el panorama adverso, Serrano anunció una reingeniería administrativa que incluye la reducción de personal de confianza, retabulación de salarios y la implementación de políticas de austeridad republicana. Estas medidas buscan estabilizar las finanzas municipales, aunque anticipó que 2025 será un año difícil.
Un presupuesto incierto para grandes retos
Con un presupuesto proyectado de 3,200 millones de pesos anuales, Serrano advirtió que este monto es solo una estimación y dependerá de los ingresos reales. Cerró con una frase que resume la situación: “Eso no es dinero, es una proyección; habrá que ver cuánto realmente entra”.
Así, Cuautitlán Izcalli inicia una nueva etapa marcada por retos financieros, denuncias de irregularidades y ajustes administrativos, con la esperanza de construir una gestión más eficiente y transparente.