La abuelita Daisy: una IA que convierte a los estafadores en víctimas de su propia trampa

Una innovadora herramienta creada en Inglaterra por la compañía telefónica O2 utiliza inteligencia artificial para combatir el fraude telefónico, presentando a Daisy, una abuelita virtual diseñada para frustrar los intentos de estafa.

¿Quién es Daisy y cómo funciona?

Daisy es un chatbot de inteligencia artificial desarrollado por O2 en colaboración con la agencia de publicidad VCCP. Inspirada en un familiar real de un empleado de la agencia, Daisy simula ser una abuelita encantadora y habladora que adora charlar sobre su familia, su gato y su pasión por tejer, pero que también aparenta tener dificultades con la tecnología, lo que la hace parecer una víctima ideal para los estafadores.

El propósito principal de Daisy es mantener ocupados a los estafadores el mayor tiempo posible con conversaciones incoherentes y detalles falsos, como información bancaria inventada. Esta estrategia no sólo busca frustrar a los delincuentes, sino también proteger a las personas reales que podrían ser blanco de estos ataques.

Resultados alentadores

Desde su implementación, Daisy ha demostrado ser efectiva. Según O2, este chatbot ha logrado mantener a los estafadores en la línea durante más de 40 minutos en algunos casos. Su diseño explota los prejuicios de los estafadores, quienes suelen enfocar sus ataques en personas mayores por considerarlas más vulnerables. Al enfrentarse a Daisy, los criminales pierden tiempo y recursos, reduciendo así las oportunidades de concretar estafas reales.

Un modelo innovador en la lucha contra el fraude

El enfoque creativo de O2 no solo protege a sus usuarios, sino que también pone de manifiesto cómo la inteligencia artificial puede utilizarse de manera proactiva para combatir delitos cibernéticos. Daisy no sólo es una herramienta tecnológica, sino un modelo de cómo la empatía y la comprensión del comportamiento delictivo pueden integrarse en soluciones innovadoras.

Esta abuelita virtual plantea preguntas sobre su posible implementación en otros países, donde el fraude telefónico sigue siendo un problema significativo. La posibilidad de adaptar tecnologías como Daisy podría marcar un antes y un después en la protección de los usuarios más vulnerables ante los ciberdelincuentes.