Los incendios forestales en el oeste de Canadá han obligado a miles de personas a ser evacuadas, mientras que cientos de focos de fuego continúan causando estragos este domingo. Con el inicio temprano de la temporada de incendios forestales, las autoridades enfrentan un desafío formidable para contener las llamas y proteger a las comunidades afectadas.
Según el alcalde de Fort Nelson, Rob Fraser, la situación es preocupante, ya que los incendios rodean la región y la falta de humedad agrava la situación. Un incendio de casi dos mil 500 hectáreas representa una amenaza inminente para las viviendas, lo que ha llevado a la evacuación de cerca de tres mil 500 personas a 400 kilómetros al sur el viernes por la noche.
A pesar de las condiciones meteorológicas favorables que ayudaron a frenar la propagación de las llamas durante la noche, el regreso del viento podría empeorar la situación, según el alcalde Fraser. La región enfrenta una sequía extrema, lo que dificulta aún más el control de los incendios forestales.
En la vecina provincia de Alberta, 43 incendios continúan su curso destructivo, con uno de ellos ubicado a una corta distancia de Fort McMurray, lo que ha generado preparativos para una posible evacuación. La ciudad, que ya fue devastada por un incendio en 2016, enfrenta nuevamente la amenaza de las llamas.
Este fin de semana, órdenes de evacuación fueron emitidas en pequeñas ciudades de Alberta y Manitoba, mientras que los fuertes vientos han dispersado el humo por todo el oeste del país, afectando la calidad del aire en varias grandes ciudades.
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