El Gobierno de Perú ha anunciado oficialmente la implementación de un requisito de visado para los ciudadanos mexicanos que deseen ingresar al país. A partir del 23 de abril, los viajeros mexicanos que busquen visitar Perú por turismo o negocios deberán obtener una visa previa a su llegada, conforme a un nuevo decreto supremo publicado en el diario oficial de la nación.
Esta medida, que se procesará a través de las oficinas consulares peruanas en el exterior, introduce una capa adicional de regulación, aunque con ciertas excepciones. En particular, no será requerida para aquellos que ya posean visas con una validez mínima de seis meses o cuenten con residencia permanente en países como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Australia, Japón, o cualquier Estado miembro del espacio Schengen.
La Embajada de México en Perú ha proporcionado detalles sobre los diversos tipos de visas disponibles, adaptándose a las necesidades específicas de los solicitantes. Estas incluyen visas de turismo para estancias cortas, visas por invitación, para estudios, ministros de culto, y varias categorías de residencia temporal, tanto por oferta de empleo como por razones familiares.
Este giro en la política migratoria se produce en un contexto de tensiones diplomáticas entre Perú y México, exacerbadas por críticas mutuas entre los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Dina Boluarte. La relación entre ambos países se ha visto particularmente afectada tras el intercambio de embajadores por encargados de negocios, reflejo de un desgaste en el diálogo bilateral.
El Gobierno peruano justifica la imposición del visado con un incremento observado en el número de ciudadanos peruanos que llegan a México para realizar actividades no autorizadas, particularmente en el contexto de la migración hacia Norteamérica. La medida parece buscar un equilibrio entre el control migratorio y la preservación de las relaciones diplomáticas, en un momento en que ambos países navegan por aguas turbulentas en su interacción bilateral.
