El presidente ruso, Vladímir Putin, ha hecho un llamado urgente a abordar el problema de la inmigración ilegal en Rusia, luego del terrible atentado ocurrido en las afueras de Moscú el pasado 22 de marzo.
Putin, en una reunión con la plana mayor del Ministerio del Interior, señaló la necesidad de tomar medidas firmes para contener el flujo de inmigrantes ilegales y mejorar los controles en las fronteras del país.
El presidente ruso subrayó la importancia de realizar un análisis objetivo y profesional de la situación, reconociendo que Rusia ha pagado un alto precio debido a este problema. En este sentido, propuso la creación de bases de datos digitales con datos biométricos para mejorar los sistemas de identificación y seguimiento de los inmigrantes ilegales, considerando que los actuales son insuficientes.
Putin enfatizó la necesidad de cambiar radicalmente la política migratoria de Rusia, destacando el principio de que solo aquellos que respeten las tradiciones, el idioma, la cultura y la historia del país puedan vivir y trabajar en él. Asimismo, advirtió sobre el vínculo entre la inmigración ilegal y el extremismo, denunciando la colaboración entre grupos criminales, servicios secretos extranjeros y estructuras radicales en actividades ilícitas como el tráfico de personas, armas y drogas.
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