Los estimulantes de tipo anfetamínico se alzan en México como la droga de mayor impacto y la principal causante de tratamiento, según un informe anual de la ONU divulgado en días recientes.
México es el único país del continente americano en donde los estimulantes de tipo anfetamínico se han convertido en la principal droga causante de tratamiento, entre 2013 y 2020, se experimentó un aumento del 218% en el número de personas en servicios de tratamiento por uso de anfetaminas y metanfetaminas.
En tanto, a nivel global, nos posicionamos como el sexto país donde más metanfetaminas o precursores químicos se incautan, sólo detrás de Estados Unidos, Malasia, Myanmar, China e Irán.
La brecha de género en este contexto es peculiarmente interesante, ya que las mujeres tienen menos acceso a tratamientos de drogas que los hombres. Siguen constituyendo una minoría entre quienes consumen drogas en todo el mundo. Sin embargo, tienden a aumentar su ritmo de consumo y a desarrollar trastornos por uso de drogas con mayor rapidez que los hombres.
Se calcula, aproximadamente, que las mujeres representan actualmente de un total de 29 mil 680 mexicanos recibiendo tratamiento, entre el 45% y el 49% de quienes consumen anfetaminas y estimulantes farmacéuticos, opiáceos, sedantes y tranquilizantes.
Asimismo, la brecha en el acceso a tratamiento sigue siendo grande para las mujeres en todo el mundo. Aunque representan casi uno de cada dos consumidores de anfetaminas, sólo constituyen una de cada cinco (20%) personas en tratamiento por trastornos su consumo.
Por otro lado, es necesario recalcar la problemática que trae consigo el consumo de drogas para nuestra salud. Las personas adictas, a menudo tienen uno o más problemas de salud, que pueden incluir enfermedades pulmonares o cardíacas, embolia, cáncer o problemas de salud mental.
También es posible contraer infecciones del corazón y sus válvulas (endocarditis) y de la piel (celulitis) debido a la exposición a bacterias que puede ocurrir con el consumo de drogas inyectables.
No hay que olvidar, que consumo de drogas también puede aumentar el riesgo de contraer infecciones. Según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, compartir elementos que se usan para la inyección de drogas o tener conductas sexuales sin precaución, es posible contraer el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y hepatitis C.
Respecto al impacto social y las drogas ilegales en México, hay dos factores importantes a considerar en las que históricamente la producción y el trafico de drogas han sido relacionadas con la violencia y diversos enfrentamientos del crimen organizado.
Los casos en zonas del país por disminución de la producción de algunas sustancias sintéticas se ven sustituidas por otras, lo que lleva a los grupos criminales migren de actividades como apropiación de comercias y desplazamientos de comunidades para quedarse con las plazas.
Así mismo, las consecuencias del consumo de drogas pueden tener un efecto dominó que no solo perjudican al consumidor, también influyen en las familias y a las personas que les rodean, generando mayor pobreza, violencia intra familiar, suicidio, decadencia y desigualdades sociales.
De esa forma es como la alerta por anfetaminas, metanfetaminas y otro tipo de estimulantes y drogas de origen sintético, pueden tener un impacto más allá de la salud pública, por lo que ocupa una especial atención de las autoridades, pero en especial de la sociedad ante esta crisis.