Autor: Oswaldo Rodríguez
Hace algunos días, el presidente de nuestro país, Andrés Manuel López Obrador fue sometido a un tratamiento medico para garantizar su salud, sin embargo, al momento de reaparecer, una frase llamó la atención de todos los ciudadanos.
López Obrador dijo que había preparado un “testamento político” que se abriría en caso de que muriera para orientar a sus seguidores, pero añadió que, él no cree que vaya a necesitarse.
Es importante mencionar que, lo anterior causo interés entre los ciudadanos por dos sentidos, el primero de ellos por su estado de salud y el segundo, por la elaboración de un testamento, lo cual, levantó una critica entre sus opositores.
El tratamiento al que fue sometido fue un cateterismo cardíaco en el Hospital Central Militar, quien tras horas de incertidumbre, la Oficina de Presidencia aclaró que al medio día del viernes 21 de enero el presidente habría sido sometido a un tratamiento medico y ante lo cual más tarde se aclaró que el presidente habría ingresado al Hospital por los antecedentes de hipertensión y cardiacos, no obstante, el corazón y las arterias se encontraban funcionando adecuadamente, por lo cual, esperemos, la gobernabilidad del país se encuentre en garantizada, y precisamente por lo anterior, el AMLO señaló que habría dejado un testamento político.
El hecho de que el presidente informara que cuenta con un testamento político en caso de que llegara a morir o ausentarse generó opiniones encontradas y en las que se apuntó que el presidente no tiene la propiedad del país y ante lo cual, el término utilizado no fue el correcto, pues jurídicamente ni siquiera podría encontrarse regulado.
No obstante, considero que debemos de poner el contexto sobre el cual nos encontramos y es que, el presidente desde el inicio de su mandato ha sido muy bueno para generar “marcas” de su comunicación, generando nuevo términos que incluso hoy ya son utilizados por todos los mexicanos, como el término fifí y muchos otros.
El presidente es el único en todo el mundo que “informa” a todos los ciudadanos de forma diaria, lo que le permite siempre poder marcar una agenda de coyuntura desde el Palacio Nacional, ese Palacio que en algunas ocasiones nos hemos atrevido a decir que es la sede de un “Palacio de los Combates”, pues es, ese lugar en el centro del país en donde se crean o se destruyen políticos, empresarios y personajes de la vida pública, lo que le permite tener un eco en todo el país, a bajo costo y exponiendo los temas que realmente le interesan a él.
Pero no todo es miel sobre hojuelas, pues en algunas ocasiones, el presidente ha estado demasiado expuesto por esta exposición mediática que tiene, momentos que lo han llevado a exhibirse y dado herramientas para que la oposición (si es que aún existe alguna) critique lo dicho por el propio presidente, sin embargo, nuevamente, quien sigue creciendo mediáticamente sigue siendo él, el presidente.
Con base en lo anterior, es importante mencionar que el presidente ha sido muy bueno dando esperanzas a las ciudadanos, aunque en algunas ocasiones sus resultados no cumplan las expectativas de los ciudadanos, sin embargo, ha logrado seguir teniendo el control político, social y económico del Estado Mexicano.