Son muchas las alarmas en los hechos y en las predicciones que el cambio climático es ya, una realidad que nos ha alcanzado y pone en peligro a la especie humana.
En otros tiempos se había cuestionado que efectivamente el cambio climático fuera una realidad, pero hoy en día siendo testigos de cambios en la temperatura de la tierra, la desertificación, huracanes, tifones, y un largo etcétera, sumado al desplazamiento masivo de personas por estas causas, los ciudadanos y sus gobiernos parece que empezamos a cobrar consciencia de los problemas que nos esperan.
El modelo de consumo tradicional que entre otras cosas está marcado por el empleo desmedido de combustibles fósiles, o bien la falta de reciclaje, ya es insostenible, y aunque ha habido intentos por parte de los dirigentes mundiales para la firma y cumplimiento de tratados internacionales para frenar el cambio climático, aún nos falta mucho por hacer, va de por medio la especie autodenominada “homo sapiens sapiens” aunque está por verse si haremos honor a esta pretensión.
Hay diversos ejemplos y que he tocado previamente en este mismo espacio, de los tratados internacionales que se han firmado para frenar el cambio climático, pero es evidente que estos han sido insuficientes porque los cambios de nuestro planeta no han menguado. Es necesario por tanto que dichos tratados internacionales, o bien compromisos como los Objetivo de Desarrollo Sostenible, sean una realidad a través de hechos concretos, políticas y programas públicos que obliguen tanto a gobiernos como empresarios y ciudadanos, a poner en práctica medidas que beneficien al medio ambiente.
Hay diversas propuestas para que estos tratados internacionales y sobre todo para frenar el cambio climático, sean una realidad pasando por el cambio en el modelo de consumo, y cambiar en gran medida la forma de generar riqueza económica.
Un ejemplo en concreto en México es la reciente aprobada Ley de Economía Circular que busca entre otras cosas: “…reducir impacto ambiental derivado de las actividades económicas y minimizar el desperdicio de materiales a través de la reutilización, el reciclaje y el rediseño.”
Dicha Ley, que fue aprobada ya por el Senado mexicano y pasará a la Cámara de Diputados para su revisión y en su caso aprobación.
Sin duda esta iniciativa puede ser una herramienta muy poderosa para comenzar a frenar, de verdad, el cambio climático. Espero que sea aprobada por la Cámara baja mexicana y en su momento y, sobre todo, sea aplicada al ciento por ciento. Insisto, es momento de probarnos a nosotros mismos como “homo sapiens sapiens”.
@cgonblanc