Y bueno, en realidad el planeta no se va a ir al carajo. Más bien serán los habitantes del planeta los que se van a ir al carajo. Con excepción de las cucarachas, los cocodrilos y una que otra chinche, claro está. La responsable del verdadero apocalipsis verde en la canica azul será sólo una especie: la humana. La especie más racional e inteligente que jamás lo haya habitado, dicen los que saben.
En la actualidad la mayor parte de la población del planeta francamente da un cacahuate partido por la mitad sobre el problemón que nos acecha. Muchos terrestres viven ocupados y preocupados por nimiedades. Su cotidianeidad es completamente intrascendente. Si bien es cierto que ocuparse por comer es una labor noble y de carácter obligatorio, tanto en el tercer como en el primer mundo, la gente se la pasa prestando más atención a las tonterías transmitidas directamente a su cerebro por las redes sociales que a piezas de información útiles para convertirse en mejor personas, cuidar el planeta y las especies que en él habitan. Lo avanzado de la tecnología ha probado ser contraproducente. Su empleo generalmente tiene que ver con los asuntos de la guerra y la destrucción. Parece que al ser humano le sale más barato salir a conquistar otros planetas que salvar al propio de sus acciones irracionales.
Y es que hay que aceptar un hecho contundente: el ser humano contamina por el simple hecho de existir.
El humano feliz contamina; el humano que come garnachas o cualquier otro alimento, contamina. El humano que se sienta a ver la tele contamina; el humano que lee un libro, contamina. El humano que se viste como puede contamina; el humano que es creativo, contamina. El humano científico contamina; el humano ignorante, contamina. El humano capitalista contamina; el humano socialista, contamina. El humano que canta contamina, el humano que reza, contamina. El humano que piensa en el futuro contamina; el humano que vive en el pasado, contamina. El humano que se va de vacaciones contamina, el humano que se queda en casita porque este año no tuvo dinero para las vacaciones, contamina. El humano que saca a pasear a sus perros contamina; el humano que es controlado mentalmente por sus gatos… contamina.
El problema en este planeta es el humano. No los changos, las jirafas, las tortugas, los zopilotes, los gusanitos, los bichitos rastreros, las iguanas, los extintos dodos, las mascotas, los casi extintos osos polares, las serpientes, los burros, las vacas, los dragones de Komodo… No, el problema no son las demás especies, es el humano. El incorregible humano, habrá que agregar.
Y si el día de hoy algo urge es combatir la desinformación y la falta de información sobre el cambio climático. Estoy seguro que muchos humanos cambiarían de actitud y harían que sus gobiernos cambiasen de rumbo en relación a las medidas que urgían tomar ya desde hace más de 30 años. Cada minuto que pase sin acción por parte de la más inteligente y más miserable especie del planeta será un minuto menos que respiren libremente los habitantes del futuro de este planeta; nuestros hijas, hijos, hijes y nuestros niet@s. Además de que el futuro cada vez se va haciendo más y más corto.
Mi contribución a esta terrible falta de información objetiva es el presente artículo. Cito algunos medios bastante confiables y muy profesionales que proporcionan información real y análisis de calidad sobre lo que se avecina en terrenos del calentamiento global. Sobre todo para el apreciable lector que actualmente no le queda claro si en el año 2035 va a estar leyendo un periódico desde la comodidad de su hogar, sentado en el sillón principal de su sala, con un whiskey en la mano y su perro sabueso sentado a sus pies, viendo el perro hacia el horizonte y pensando en su opípara cena, alta en proteínas transgénicas. O el mismo lector, en el mismo año, desgarrando la garganta de su vecino de ghetto, peleándose por un par de litros de agua puerca.
Veamos, contamos con los siguientes websites, entre otros:
La BBC tiene una sección muy completa a este respecto: https://www.bbc.com/news/science-environment-56837908
La sección del NYT sobre clima y medio ambiente no canta mal las rancheras: https://www.nytimes.com/section/climate
La sección de clima y medio ambiente de El País se da a entender muy bien: https://elpais.com/clima-y-medio-ambiente/
Le Monde, para los francófonos… https://www.lemonde.fr/planete/
La ONU, con la madre de todos los websites sobre el cambio climático, en su sección sobre el Programa para el Medio Ambiente: https://www.unep.org/es
Por cierto, el Informe sobre la Brecha de Emisiones 2021, emitido el 26 de octubre del 2021 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) nos ofrece un panorama bastante desalentador sobre lo que se ha hecho durante los últimos 6 años para combatir el cambio climático. También el panorama es bastante desalentador sobre lo que se pueda llegar a hacer bajo el supuesto de que todos los países del mundo se pongan de acuerdo en lo que hay que hacer y que todos cumplan lo prometido por hacer.
Para Antonio Guterres, el secretario general de la ONU, la humanidad se encamina a una “catástrofe climática”, lo cual se lo achaca principalmente a una “falta de liderazgo internacional” en la materia. Para Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA, “Para tener la oportunidad de limitar el calentamiento global a 1,5 °C, contamos con ocho años para reducir casi a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero: ocho años para hacer los planes, implementar las políticas y, finalmente, dar resultados tangibles. El reloj avanza rápidamente”.
Andersen también agregó que “El mundo tiene que despertar ante el peligro inminente que enfrentamos como especie. Las naciones deben poner en marcha las políticas para cumplir con sus nuevos compromisos y comenzar a implementarlas en cuestión de meses. Necesitan hacer que sus promesas de neutralidad de emisiones sean más concretas, asegurando que estos compromisos se incluyan en las metas nacionales y que se tomen medidas para avanzar. También es esencial brindar apoyo financiero y tecnológico a las naciones en desarrollo, para que puedan adaptarse a los impactos del cambio climático y establecer así un camino de crecimiento bajo en emisiones”.
El problema gira alrededor de que los compromisos son ambigüos, los países realmente comprometidos no son mayoría en el concierto de las naciones y las metas no son realistas. La explicación de todo esto tiene que ver, y mucho, conque los liderazgos mundiales tienen miedo de que los cambios requeridos sean tan bruscos que las economías nacionales lleguen a colapsar. Se argumentan razones de seguridad nacional. La postura de la ONU es clara a este respecto: se debe actuar hoy para evitar una catástrofe mayúscula que amenace la existencia misma de la raza humana. En términos de la seguridad nacional el razonamiento va como sigue: se lucha ahora contra el cambio climático con medidas “radicales” o se lucha de todas formas contra el cambio climático en el 2035 con medidas aún más radicales, pero bajo una lluvia de ojivas nucleares que a todas luces van a empeorar las cosas, no importa lo que se haga en ese entonces para combatir el sobrecalentamiento global.
Las acciones recientes de países como China, Australia, Reino Unido, Rusia y los Estados Unidos, entre otros, parece que le apuestan más a ganar una terrible guerra o serie de guerras para el periodo 2035-2050, que para ganar la guerra contra el cambio climático que beneficiaría a toda la humanidad ya, desde ahora.
En relación a México, la situación es surrealista, para variar. Por un lado, la delegación mexicana en buena medida no tiene nada que decir o aportar al debate sobre los tiempos de implementación y alcance de las medidas que combatan el cambio climático. En el mejor de los casos, esperemos que la delegación mexicana aprenda de sus pares sobre la viabilidad del uso de las energías renovables, el manejo de los tiempos y su enorme utilidad en la economía del futuro cercano. Gracias a dios existe Australia, una especie de país paleta-payaso, que afirma que no hay de qué preocuparse y que “haiga sido como haiga sido” Australia va a alcanzar la meta de emisiones cero de CO2 para el 2050, aunque para los próximos años seguirá usando en su economía carbón y combustibles fósiles a todo lo que da. Otros países critican la postura de los australianos, ya que afirman que es muy difícil cumplir con las metas planteadas por la ONU de manera paulatina y prácticamente imposible hacerlo de sopetón, con fórmulas mágicas que, por cierto, Australia todavía no explica satisfactoriamente.
Por otro lado, México resulta ser más realista que el rodar de un balón sobre una cancha de futbol. La postura de López Obrador sobre el uso y sobreuso de las energías no renovables y combustibles fósiles se alinea con la postura de algunos de los países más importantes del planeta en términos de tamaño e influencia de sus economías. China, Estados Unidos, Rusia, Arabia Saudita, entre otros, afirman que no es realista sacrificar el devenir económico de sus naciones en aras de un futuro incierto. Es más, se afirma que será necesario incrementar el uso de energías no renovables y combustibles fósiles en el corto plazo para poder costear y hacer más factible una transición ordenada al uso de energías limpias y no contaminantes. México no menciona este último punto en sus planteamientos. Bueno sí los menciona, pero el asunto no pasa del discurso, cero planes concretos para la transición hacia el uso de las energías limpias y cero proyectos en puerta a este respecto. ¡Qué vergüenza!
Insisto, gracias a dios existe Australia.