El 7 de octubre es el Día Mundial de los Calvos, esta fecha se conmemora como una opción estética que ha ido evolucionando con el paso de los años, y para homenajear a los hombres que se enfrentan a la calvicie ya sea por falta de crecimiento del cabello o porque se raparon.
Hoy en día ser calvo no es sinónimo de fealdad ni de falta de salud, sino que, en muchas partes del mundo, puede incluso ser un emblema de masculinidad.
Según un estudio realizado por la empresa japonesa de pelucas Aderans, más del 42 % de los españoles padece algún tipo de alopecia.
En las últimas décadas es la percepción social de la calvicie ha cambiado de forma significativa. Mientras que en el siglo XX se veía como algo ignominioso y trataba de ocultarse bajo bisoñés, peluquines y demás postizos, en la actualidad, un cráneo afeitado es un signo distintivo de esa nueva masculinidad que se muestra sin complejos (sobre todo si se combina con una barba frondosa) y se luce con la misma dignidad.
De ahí que ya no sea solo una opción estética para aquellos cuya cabeza cominenza a clarear, sino para cualquiera que, sea cual sea el estado de su capital capilar, hace gala de una gran seguridad en sí mismos.