Las intensas lluvias que dejó la Onda Tropical 29, la semana pasada, en el territorio del Istmo de Tehuantepec, desnudaron la debilidad financiera de los gobiernos municipales que, ante la desaparición del Fondo Nacional para Desastres Naturales (Fonden) no han podido responder a la emergencia. Y menos lo harán frente al desastre en el campo y la pérdida de enseres domésticos.
“En Juchitán tuvimos inundaciones de viviendas en 10 colonias populares y en las agencias donde miles de damnificados perdieron camas, ropa, calzado, estufas, refrigeradores, gallinas y cerdos”, explica el presidente municipal Emilio Montero Pérez, quien detalla que con recursos municipales compró y distribuyó 17 toneladas de despensas, entre la población damnificada.
Gran parte de la ayuda emergente, que consistió en botes de agua y paquetes con bolsas de arroz, frijoles, café y harina de maíz, se entregó en las poblaciones de La Ventosa, Chicapa de Castro, Santa María del Mar y Álvaro Obregón, que pertenecen al municipio juchiteco. “Para esas compras nos alcanzó el dinero, pero para reparar caminos cosecheros y reponer los enseres, ya no hay”.
La misma situación prevalece en el municipio de Asunción Ixtaltepec, donde las aguas de las lluvias anegaron con más de un metro de altura unas 25 viviendas de varias agencias como Morrito, Mazahua y Nizanda, donde las familias afectadas reportaron pérdidas totales enseres domésticos y muebles como camas, sillas y mesas.
El presidente municipal de Asunción Ixtaltepec, Óscar Toral Ríos, informa que miles de ixtaltepecanos fueron damnificados por las lluvias y pese a la ayuda inmediata que se les proporcionó en plena emergencia, hacen falta unas cinco mil despensas.
“Ya no tenemos dinero para esa compra y menos para apoyar a unos 50 productores de ladrillos, más los alfareros”, afirma.
De acuerdo con la información oficial, las intensas lluvias dañaron los equipos de bombeo de los pozos de agua y se llevó la red de distribución en cuatro localidades. Sustituir un equipo de bombeo equivale a una inversión de 80 mil pesos. “Por ahora, apoyamos a la población con pipas de agua, porque no hay recursos suficientes para la adquisición de nuevas bombas”, dice el edil.
Las intensas lluvias también inundaron las calles y viviendas del municipio zapoteco de Unión Hidalgo, donde según el reporte del presidente municipal, César Carrasco Vicente, 40% de la población, unos seis mil habitantes, perdieron sus enseres, mientras que los campesinos perdieron casi tres mil hectáreas de sus cultivos de sorgo y maíz.
Montero Pérez, Toral Ríos y Carrasco Vicente, explican que por la pandemia de Covid-19, los ingresos de sus respectivas finanzas municipales cayeron considerablemente desde el año pasado y en estos últimos17 meses, han erogado recursos ahorrados para apoyar con medicinas, oxígeno, inhumaciones y cremaciones a las familias con pacientes que luchan contra la enfermería.
“Ya sabemos que el Fonden desapareció y consideramos difícil que se liberen los apoyos que reclaman los damnificados para que se les repongan las pérdidas que sufrieron. Ellos quieren que, como ocurrió en Tabasco, el gobierno federal les apoye de manera similar y en esa misma demanda están los campesinos, ganaderos, ladrilleros y alfareros”, coinciden los ediles por separado.
Las lluvias destrozaron los caminos cosecheros, dañaron miles de hectáreas de maíz y sorgo que, por las nuevas reglas de operación, no se aseguraron. Las aguas también destruyeron los hornos donde se producen ladrillos y las vasijas de barro cocido, mientras que las familias de pescadores de Playa Vicente, perdieron sus hornos tras inundarse sus enramadas. “Lamentablemente no tenemos dinero”, insisten los presidentes municipales.
Tras la desaparición del Fonden, los nuevos lineamientos de operación indican que ante una emergencia los primeros en responder deben ser los municipios, después el gobierno estatal y, en última instancia, la federación.
El Gobierno de Oaxaca, por ejemplo, aunque reconoce que sí tienen un fondo, éste se está ocupando para la reparación de caminos, que también fueron afectados por las inundaciones.
Ante esta situación, el pasado 17 de septiembre emitió una Declaratoria de Emergencia para 10 de los 17 municipios del Istmo que fueron afectados por las lluvias, con lo que las autoridades estatales pueden acceder a recursos del Programa para la Atención de Emergencias por Amenazas Naturales para atender “necesidades alimenticias, de abrigo y de salud de la población afectada”, pero hasta el momento nada de esa ayuda aha llegado.