Recientemente, se ha dado a conocer una serie de datos en los que se indica que hasta hoy, un total de 60,928 menores han dado positivo a Covid-19 desde el inicio de la emergencia sanitaria. Así mismo, las autoridades del sector salud han indicado que más de 600 de los menores contagiados han fallecido debido a complicaciones con la infección.
Hoy, con la tercera ola del Covid-19 en una situación cada vez más crítica, los contagios entre menores de edad siguen incrementando con el paso de los días. Según las cifras oficiales, hasta el 8 de agosto se reportaron 60.928 contagios y 613 defunciones, de los cuales un total de 1,637 casos fueron detectados durante la última semana de julio, cifra que no se había presentado desde diciembre de 2020 cuando los casos positivos ascendieron a 1,637.
Ante esta situación, el subsecretario de salud, Hugo López-Gatell, manifestó lo siguiente.
“La mortalidad en adolescentes y niños ya era muy baja en la segunda ola y continúa siendo muy baja en la tercera ola. Y todas estas ideas que han circulado de que ahora es una epidemia de adolescentes y niños no tienen un sustento de evidencia ni en México, ni en ninguna otra parte del mundo”.
Desglosando las cifras del cierre de julio, se sabe que el Estado de México es la entidad que encabeza las defunciones de menores de edad con un total de 93, en segundo puesto se encuentra Baja California con 44 menores fallecidos, y en tercera posición la Ciudad de México con 41 muertes.
Por otra parte, en cuanto a los contagios se especificó que el 57% se ha presentado entre jóvenes de 12 a 17 años, posteriormente con 23% se encuentra el grupo de edad entre los 6 y 11 años, finalmente el resto se encuentra entre los 0 y 5 años.
Por último, Andreu Comas, académico de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), comentó que esta es una clara réplica de lo que sucede con la tercera ola de contagios en Estados Unidos. “En Luisiana están teniendo un problema muy serio con la variante Delta, están teniendo una gran transmisión y esos niños que están muriendo, que están hospitalizados son simplemente la punta del iceberg porque el tamaño del contagio es muy grande y nosotros sabemos, por casos como la influenza, que los niños son grandes dispersores de la enfermedad. Es una cuestión de tiempo y de magnitud”.
