Caballitos de Mar y su Carrera a la Extinción

Los océanos cubren el 71 % de la superficie de la Tierra, ayudan a regular el clima, son importantes en el equilibrio del planeta y albergan a un sin número de especies de flora y fauna, muchas de ellas hasta hoy desconocidas, otras, indudablemente maravillosas, consideradas un misterio para los investigadores, obras de ingeniería biológica dignas de admirar.

Entre las especies más enigmáticas pero sin duda de una peculiaridad y fragilidad visibles, es el caballito de mar, habitan aguas costeras poco profundas, templadas o tropicales, uno de los pocos peces que nadan erguidos, impulsándose con su aleta dorsal, tienen una larga cola que se enrolla en espiral, la cual le permite aferrarse a corales o la vegetación acuática y luchar contra la corriente, no son grandes nadadores –pareciera que son torpes al nadar–, por lo que un método de defensa es el mimetizarse con el medio, esto se debe a que su piel es rica en células pigmentarias que le permiten producir tonalidades y patrones que imitan de manera perfecta el espacio en el que habitan, también han logrado imitar las estructuras, de esta manera pueden escapar de sus depredadores. No tienen escamas, poseen discos óseos debajo de su piel que funcionan como armadura, y como los camaleones, sus ojos pueden moverse de forma independiente. Poseen una trompa –sin dientes–, la cual utilizan para alimentarse, succionando pequeños crustáceos y plancton.

Uno de los aspectos más fascinantes de los caballitos de mar es su reproducción, son una especie monógama, las hembras depositan sus óvulos en el saco del macho, ahí, él los fertiliza e incuba, y posteriormente es él, quien concibe a las crías. El tamaño de las crías varía de 8 a 16 milímetros, llegando a nacer entre 1,500 a 1,800 crías, lamentablemente sólo el 1% sobrevive. En cuanto nacen son independientes y arrastrados por las corrientes marinas, sujetándose con su cola a cualquier sustrato cercano, se aferran –de forma literal– a su vida. Los caballitos de mar llegan a vivir un poco más de cinco años.

En el mundo se han identificado 47 especies de caballitos de mar, en México, se distribuyen 4 de ellas: Hipocampus erectus; H. ingens; H. zosterae y H reidi, las cuales se encuentran en riesgo, listadas por la NOM-059-SEMARNAT-2010, como sujetas a protección especial. Entre los caballitos de mar encontramos especies diminutas, como el Hippocampus denise, que mide tan sólo 16mm, mientras tanto el Hipocampus ingens puede alcanzar los 30cm de longitud en su madurez.

Ejemplares que, como muchos otros de nuestra biodiversidad son traficados de forma ilegal, considerados útiles en la medicina tradicional de China, Japón y Corea, en el tratamiento de enfermedades como: el asma, la disfunción sexual, la depresión y otras dolencias, usualmente se consumen molidos y en caldos. En los últimos años la demanda de productos y subproductos de vida silvestre se ha disparado, reflejo de la economía china.

Algunas fuentes de investigación revelan que cerca de 100 mil caballitos de mar fueron traficados ilegalmente entre México y China, del 2001 al 2019, con destino hacia Pekín, Hong Kong y Shangái; siendo Hong Kong el epicentro de la venta, se mencionan dos rutas de tráfico desde México hasta China; la primera va directo a Beijing y Shanghai, y la segunda pasa por Hong Kong. Con base en mi experiencia en temas de comercio y extracción ilegal de vida silvestre, considero que han sido traficados más ejemplares, rebasando por mucho la cantidad citada de 100mil ejemplares en el periodo de 2001 a 2019. Los caballitos de mar se deshidratan –proceso de secado –, ya que es más sencilla su comercialización, transporte y mantener el producto por más tiempo.

Los caballitos suelen traficarse por paquetería, ya sea vía aérea o marítima, y es común encontrar ejemplares con otros productos del mar –disfrazando su tráfico–, en el equipaje personal o utilizando otras rutas difíciles de detectar. Los caballitos de mar secos alcanzan altos costos, debido a su oferta limitada, en los mercados asiáticos el precio de 100 gramos de caballitos de mar seco puede variar de entre 700 y 1,500 dólares. Además de la medicina tradicional, el destino de éstos pasa por acuarios –ornato¬–, suvenires y alimento.

Aquí en la CDMX, se pueden encontrar ejemplares secos y vivos comercializados impunemente en el Mercado de Sonora, Morelos y Emilio Carranza, así como su venta por internet, siendo Mercado Libre una plataforma para su tráfico ilegal. Un dato alarmante, según fuentes, refiere que en el 2011 alrededor de 25 millones de caballitos de mar –aproximadamente 70 toneladas– fueron traficados en poco más de 70 países.

Los caballitos de mar que se distribuyen en los litorales mexicanos se encuentran protegidos por las leyes mexicanas: amparados en la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente; la Ley General de Vida Silvestre; la NOM-059-SEMARNAT-2010; y por el Código Penal Federal; además de contar con regulaciones de protección internacional como la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). Aprovechar a estas especies sin los permisos y/o autorizaciones correspondientes implica un delito, el cual puede acreditar una sanción tanto penal como administrativa; y condenas de hasta nueve años de cárcel.

Desgraciadamente no sólo es el tráfico ilegal lo que pone en riesgo a los caballitos de mar, la destrucción y fragmentación de su hábitat está provocando que las poblaciones se encuentren en un punto crítico, recordemos que los caballitos de mar habitan en aguas poco profundas, ecosistemas sensibles a cualquier cambio o alteración. Las redes de arrastre representan una inquietante amenaza, ya que destruyen el fondo marino, dañando arrecifes de coral y pastos marinos, hábitat de los caballitos. En el mismo nivel, la destrucción de manglares ha tenido un fuerte impacto y ha mermado la población de caballitos de mar. De continuar a este ritmo, en poco tiempo, estas especies se sumarán a las listas de, en peligro de extinción.

El momento de reflexionar ya pasó, es tiempo de actuar, la crisis ambiental que se vive en el planeta ha llegado a un punto de No Retorno, de continuar con nuestros actos irresponsables pagaremos una factura muy cara; la contaminación atmosférica y del agua, la deforestación, la acumulación de basura y la pérdida de la biodiversidad, están provocado alteraciones nunca antes vistas, el calentamiento global es prueba de ello, y otra prueba amarga, la pandemia del SARS-Cov2, si no aprendemos y no corregimos nuestros errores, la pérdida será irreparable, consumiremos los recursos para nuestra supervivencia y lo que continuará será la aniquilación de la especie humana.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Deja un comentario