- Nacieron siete demonios de Tasmania en estado salvaje en Australia continental, después de 3.000 años de que desaparecieran del país.
Las crías nacieron en el Santuario de Vida Silvestre Barrington de 400 hectáreas en Nueva Gales del Sur, dio a conocer la ONG australiana Aussie Ark mediante una publicación de Instagram el lunes.
Este ejemplar se extinguió en dicho continente después de la llegada de los dingos, una especie de perro salvaje, y se limitaron a la isla de Tasmania. Sin embargo, su número de ejemplares sufrió otro golpe por una forma contagiosa de cáncer conocida como Enfermedad del Tumor Facial del Demonio (DFTD), que ha matado a alrededor del 90% de la población desde que se descubrió en 1996.
El año pasado Aussie Ark puso de regreso a la naturaleza en Australia continental a 11 de las criaturas, después de un ensayo anterior donde se involucraron a 15 de estos marsupiales, lo que elevó el total de estos animales en el continente.
Ahora meses después de su liberación, las criaturas se han reproducido con éxito, y los conservacionistas han identificó a los diminutos marsupiales, que dicen que son del tamaño de cacahuetes sin cáscara, dentro de las bolsas de las madres.
Las hembras dan a luz entre 20 y 40 crías a la vez, según Tourism Australia. Estas corren hacia la bolsa de la madre, que solo tiene cuatro tetinas. Los que llegan a la bolsa continúan viviendo allí durante unos tres meses.
En la propia Tasmania, solo quedan 25.000 demonios en libertad.
“Hemos trabajado incansablemente durante la mayor parte de los 10 años para devolver a los demonios a la naturaleza salvaje de Australia continental con la esperanza de que establezcan una población sostenible. Una vez que regresaran, todo dependía de ellos. Los habíamos estado observando desde lejos hasta que llegó el momento de intervenir y confirmar el nacimiento de nuestras primeras crías salvajes. ¡Y qué momento!”, dijo Aussie Ark.
Estos ejemplares son los marsupiales carnívoros más grandes del mundo y son depredadores nativos. Esto significa que su reintroducción ayudará a controlar las poblaciones de gatos salvajes y zorros que cazan otras especies en peligro de extinción. Estos también son carroñeros, lo cual ayuda a mantener su entorno libre de enfermedades.