José Alberto González Aguilar
@Tobetogonzalez
Se ha cumplido ya un año de que se decreto el cierre de establecimientos, del fin de las clases presenciales y un año ya en que estamos peleando contra un virus al que poco conocemos y al que le hemos perdido el miedo no se si con justificación o no, pero un año en el que estamos más hartos, más cansados y porque no decirlo un año de duelos y perdidas personales e innumerables historias de tragedia y dolor; en suma un año llevamos ya inmersos en esta época que será recordada como el AC antes COVID y DC después del COVID.
Un año que nos ha marcado, un año donde las relaciones personales, familiares y laborales han sido diferentes, un año que ha sacudido a nuestro país y a un gobierno inexperto e indolente al que todo le sale mal, un año que quedará grabado como uno de los más complicados en nuestra historia, tanto por una crisis sanitaria que ha puesto en pausa a la humanidad y al borde de un jaque mate a un gobierno que para no exhibir su incapacidad se refugia en explicaciones torpes de funcionarios que lucen sin cerebro ni iniciativa, hoy tenemos un gobierno que se refugia en la complacencia de patiños a modo, con giras innecesarias con un público controlado, un año en que los funcionarios federales se han ausentado de los hospitales que decir de un Presidente amurallado en un palacio donde solo su verdad es escuchada por más lejana y poco creíble que esta sea, exhibiendo su poca sensibilidad y solidaridad en medio de una tormenta en donde la salud, la economía y la inseguridad están en terapia intensiva y exigen atención inmediata.
Por si esto fuera poco, en los días recientes hemos visto como desde el poder se nos exhibe la peor cara de un gobierno, que persigue opositores, que juzga desde un pulpito tempranero a los que no atienden las indicaciones del líder, un líder que se decía juarista y democrático pero que cada día parece más un dictador, similar a Antonio López de Santa Ana, nos gobierna un hegemón que no tolera la critica y que amenaza a quienes piensan diferente, llámense periodistas incómodos empresarios que le plantan cara, Jueces, Magistrados, Ministros o a los abogados que dignamente ejercen su profesión. Un año de ya de un gobierno de autocomplacencias, en crisis sin brújula y del que emanan estulticias diarias.
A esto sumémosle una errática estrategia económica que presagia turbulencias y consecuencias nada alentadoras, la perdida de empleo y la palabra crisis son una constante en cada familia mexicana y lo peor, tenemos un gobierno que piensa que con programas clientelares o estrategias de vacunación con sus leales siervos tendrá los blasones suficientes para llegar a la elección de Junio próximo donde la cascada de elecciones locales plantearán la posibilidad de replantear el equilibrio de fuerzas donde el titular del Ejecutivo Federal y su partido parece que no las traerán todas consigo.
El punto fino es: Querían emular a Juárez pero sus yerros y errores hacen que parezcan más una mala copia del peor de los gobiernos, y así serán recordados, como lo peor de la historia, una historia que nos dará la razón a quienes pensamos diferente.