México no deja de depender de Estados Unidos en el mercado común que se vive con el todavía en vigor Tratado de Libre Comercio, pero también depende económicamente de lo que los migrantes mexicanos envían a sus familias para apoyarlos, en algunos casos con su subsistencia.
Las remesas es la segunda fuente de ingresos del PIB para México, incluso superando a las exportaciones de petróleo, rubro en el que el presidente López Obrador ha puesto especial atención a la hora de querer recuperar de la quiebra a la empresa petrolera PEMEX.
En el año 2019 las remesas rompieron su récord desde que se tiene registro en 1995, y representaron más de 36 mil millones de dólares repartido entre varios estados de la república mexicana que lideran, por orden de montos de recepción: Michoacán, Jalisco, Guanajuato, Estado de México y Oaxaca.
Se calcula que existen alrededor de 2 millones de hogares mexicanos que dependen del envío de estas remesas y que aproximadamente el 28% sobreviven íntegramente de estos recursos.
En otra entrega de Razón en Blanco, señalé que esto era un dato negativo, sin dejar de reconocer el esfuerzo que los migrantes hacen por sus familias, la alta dependencia de México de estos recursos, lo pone en una situación de riesgo y de potencial desequilibrio económico.
¿Qué pasará cuando las familias de los migrantes dejen de recibir estos recursos?
De hecho, ya está pasando, la economía norteamericana, al estar parcialmente paralizada debido a la pandemia que vivimos, ha provocado que muchos de los migrantes mexicanos se queden sin trabajo. De acuerdo con las autoridades norteamericanas, desde mediados de marzo a la fecha se han perdido alrededor de 17 millones de empleos, entre los que se encuentran, claro, muchos mexicanos.
La Organización No Gubernamental OXFAM espera que la crisis por la pandemia y la baja del envío de dinero desde Estados Unidos empujará a que la pobreza en México aumente en un 10%. De acuerdo con el banco BBVA calcula que la remesas bajará en un 17% para el año 2020 y esto por supuesto provocará, como lo señala OXFAM, el aumento de la pobreza en México.
El gobierno de México ha apostado, con justa razón, por mantener sus programas sociales en los que apoyará a los grupos más vulnerables. Pero cuadrar los números puede que a larga sea insostenible pues su siguiente fuente de ingresos, el petróleo, está literalmente en números rojos. La otra opción que tiene el gobierno es endeudarse, cosa a la que se niega el gobierno actual y en la que estoy completamente de acuerdo, pero ¿y si fuera la única opción?
El descenso de las remesas generará un hueco enorme en los ingresos del PIB en México y esto por supuesto que pegará a las familias más vulnerables de México, los programas sociales del gobierno sin duda ayudarán a paliar de manera parcial esta situación, pero insisto, ¿y si no fuera suficiente con esto?
La situación es compleja, la solución no es sencilla de ejecutar, pero no se puede mirar hacia otro lado cuando el huracán llegó a tu puerta.
Carlos Gonzalo Blanco Rodríguez
Abogado internacionalista y catedrático universitario.
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