La geofísica María Salguero Bolaños, con sus propios recursos y esfuerzos, ha logrado levantar el mejor instrumento para registrar los feminicidios en México, que es el Mapa Nacional de Feminicidios.
Lo lleva desde 2016 cuando contabilizó 2,400 casos y en 2017 obtuvo la misma cantidad, en 2018 fueron 2,500 y en 2019 subieron hasta los 3,825.
En 2016 se asesinaban entre 5 y 6 mujeres al día y en 2019 ya son entre 10 y 11. En 2016 la mayoría de ellas tenía entre 30 y los 36 años y en 2019 entre 18 y 25 años.
Las cifras de Salguero contrastan con las del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad (SESNS) que para 2016 registra 602 casos; en 2017, 741; en 2018, 891 y en 2019, 976.
El Mapa Nacional de Feminicidios señala a Colima, Chihuahua, Baja California, Jalisco, Guanajuato y al Estado de México como las entidades que registran el mayor número de casos.
Para Salguero, la impunidad absoluta de este tipo de crímenes es lo que explica su aumento y a eso se añade que en la disputa entre las bandas del crimen organizado “las mujeres son vistas como objeto de posesión del rival y para dañarlo asesinas a sus mujeres”.
Un estudio del Programa Ciudades y Espacios Públicos Seguros que realiza ONU-Mujeres en cinco ciudades del país: Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, Torreón y Puebla señala que el 70 % de las mujeres se sienten inseguras en sus localidades.
El 34.3 % ha sufrido algún incidente sexual a lo largo de su vida. El 30 % en el transporte o el espacio público. El 73.6 % se siente insegura en el trasporte público, el 71.0 % en la calle y el 60.8 % en los parques y centros recreativos.
De la gran mayoría de las mujeres víctimas de violencia, el 93.4 %, no la denuncia en razón de: 49.5 % porque considera es algo sin importancia; 15.2 % no sabe a dónde ir para poner la denuncia; 8.9 % por vergüenza; 7.3 % por miedo a las consecuencias y amenazas y el 4.7 % por miedo a que no se les crea o se diga que ellas son las responsables.
El estudio de ONU-Mujer señala que los espacios donde se dan los mayores casos de violencia sexual son el barrio, la calle, el transporte, el entorno laboral, el entorno escolar, los baños públicos y los mercados. Ocurren también en el ámbito familiar.
En la sociedad mexicana la violencia contra las mujeres está “normalizada”, dice el estudio, y no hay conciencia de parte de la ciudadanía y de las autoridades, en todos sus niveles, de la gravedad del problema.
Las mujeres en ese entorno, que es semejante en todo el país, ven limitada su libertad que se traduce, entre otras cosas, en no poder movilizarse a donde quieran y a las horas que elijan y tampoco poder expresarse como gusten en el vestir y en lo que dicen.
Twitter: @RubenAguilar