Evo Morales, fue el primer presidente indígena electo con el 54% de votos en el año 2006. Dos años después, fue ratificado en su puesto, tras un referendo en el que logró 67% de apoyo. Durante su mandato, cambia la constitución para permitir la relección, misma que logra en el 2010 para un segundo periodo.
Del 2015-2020, lleva a cabo su tercer mandato, con el 61% de votos y la venia del Tribunal Constitucional para lograr la relección indefinida, por el supuesto atentado a sus derechos políticos.
Nuevamente se presenta este año como candidato para una cuarta relección. La oposición le reprochaba a Morales un carácter obstinado que le impedía reconocer errores y le acusaba de liderar un gobierno antidemocrático que estaba convirtiendo a Bolivia en una “segunda Venezuela”, mientras sus seguidores le atribuían el don de la infalibilidad como sucede en México con el presidente López Obrador.
Evo es un zorro político que logró aprovechar, la prosperidad económica, tras decretar la nacionalización de los hidrocarburos, meses después de instalarse en el poder, entre otras cosas.
El pasado domingo, finalmente renuncia ante la presión, dando un fuerte golpe a la izquierda global. El Congreso convocará nuevamente a elecciones y es ahí cuando se verán los resultados de las conjeturaras de diferentes vertientes a las que hemos llegado todos. Mientras tanto, nuestro Canciller, Marcelo Ebrard expuso que México dará asilo a 20 funcionarios del gobierno de oficialista de Bolivia y si fuera necesario hacerlo con el presidente Evo Morales, se haría.
En lo personal creo en la reelección y me gusta, pero sí y sólo sí se tratara de un líder consciente que pueda dar continuidad a los proyectos de reconstrucción unificación venideros entre las naciones y ante la transición de la evolución de la humanidad a otro nivel de consciencia.
Ante la fuga de este tipo de personajes hacía otros rumbos -por ser tachada la política como oscura-, la relección resulta un peligro inminente en manos equivocadas.
Me preguntarán ¿qué son equivocadas? Les diría que cualquier persona que no haya trabajado las sombras de su mente, que siga siendo esclavo de sus impulsos y que no tenga una vocación genuina de servicio desde una conexión superior, resulta tener manos equivocadas para gobernar.
Instagram: @karlarojodelavega
Twitter: @karrojodelavega
Facebook: Karla Rojo de la Vega Mota Velasco