Desde hace más de 20 años es coordinadora de la biblioteca del Centro Universitario UAEM Zumpango y en la actualidad se desempeña con el mismo entusiasmo del primer día.
Zumpango, Méx; 23 de junio de 2025. María del Rosario Talonia Cruz nunca imaginó que una solicitud de trabajo en 1991 se convertiría en una travesía de más de tres décadas de pasión, crecimiento profesional y compromiso con la educación y el conocimiento. Aquel año marcó el inicio de su camino como bibliotecaria en el Centro Universitario Zumpango de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), una labor que con el tiempo trascendería del simple manejo de libros para convertirse en una misión de servicio a la comunidad.
Desde el primer día, María del Rosario mostró una vocación genuina. Su entusiasmo natural por el orden, el conocimiento y la atención al usuario pronto la distinguió entre sus compañeros. No se limitaba a cumplir con las tareas asignadas. Su iniciativa y deseo constante de aprender la llevaron a capacitarse continuamente, convencida de que siempre había más por mejorar, más por ofrecer.
Durante los primeros años, su labor fue fundamental. No existía aún una figura formal que dirigiera la biblioteca, pero su entrega fue moldeando esa necesidad institucional. Fue con la llegada del proceso de certificación que se consolidó su rol como coordinadora de biblioteca, un puesto que ocupa desde hace más de 20 años y que desempeña con el mismo entusiasmo del primer día.
Para María del Rosario, la biblioteca no es solo un espacio físico con estantes y libros. Es un lugar vivo, dinámico, un puente entre el saber y quienes lo buscan. Por eso, habla con orgullo de los 21,500 títulos y 46,000 ejemplares que conforman el acervo físico de la biblioteca de este campus de la Autónoma mexiquense, y también del salto cualitativo que significó la transición hacia la biblioteca digital, especialmente a partir de la pandemia. Esta transformación le permitió a ella y a sus compañeros abrazar nuevas tecnologías, capacitarse en recursos electrónicos y asegurar que los estudiantes siempre tengan acceso a fuentes actualizadas y confiables de información.
Uno de los logros más relevantes bajo su coordinación ha sido la certificación bajo la Norma ISO 9001:2015, que garantiza que cada proceso –desde la adquisición hasta el descarte de material bibliográfico– se realiza con estándares de calidad. Esta certificación, otorgada por el organismo ATR -American Trust Register-, no solo representa un aval técnico, sino también un reconocimiento al esfuerzo por mantener la biblioteca como un espacio funcional, confiable y alineado con las exigencias académicas contemporáneas.
Pero más allá de los números, los procedimientos y las tecnologías, lo que realmente impulsa a María del Rosario es el contacto humano. Le apasiona brindar una atención cercana a cada usuario, verlos encontrar el libro que necesitan o guiarlos en el uso de las plataformas digitales. Esa relación directa con la comunidad es lo que le da sentido a su trabajo.
Con una calidez que trasciende las paredes del recinto académico, extiende la invitación a toda la comunidad, no solo a los estudiantes. Aunque el préstamo a domicilio está reservado para universitarios, cualquier persona puede acudir, consultar el acervo y recibir la misma atención dedicada.
34 años después de aquella primera solicitud, María del Rosario Talonia Cruz no ha perdido la esencia que la llevó hasta aquí: el amor por su trabajo “y por la Universidad Autónoma del Estado de México, institución a la cual amo y de la cual me siento sumamente orgullosa”.