Cambio estratégico ante un entorno comercial desafiante
General Motors (GM) anunció una inversión de 4 mil millones de dólares para trasladar la producción de dos SUV de México a Estados Unidos, en un movimiento que fortalece su capacidad productiva local. Esta decisión llega en un contexto global complejo, marcado por modificaciones recientes en los aranceles comerciales impulsados por la administración del expresidente Donald Trump. Aunque algunos de estos aranceles han sido suavizados, la presión hacia la fabricación nacional sigue vigente.
El traslado de la producción no solo responde a motivos comerciales. También refleja una reorientación estratégica hacia un modelo de ensamblaje más centrado en el territorio estadounidense. Con esta medida, GM busca garantizar una mayor estabilidad frente a los riesgos geopolíticos y económicos del mercado internacional.
Reconversión de plantas y efectos en la producción
En paralelo al cambio de sede para los SUV, GM anunció la reconversión de su planta en Orion Township, Michigan. Originalmente planificada para producir vehículos eléctricos, esta instalación será adaptada para ensamblar SUVs de gran tamaño y pickups a gasolina, debido a una disminución en la demanda de modelos eléctricos.
La transformación de esta planta forma parte del esfuerzo más amplio de GM para incrementar su volumen de ensamblaje dentro del país. Con esta nueva inversión, la compañía espera superar una capacidad de producción de dos millones de vehículos al año en Estados Unidos. Actualmente, GM opera 50 plantas en 19 estados, incluyendo 11 destinadas exclusivamente al ensamblaje.
Mary Barra, CEO de General Motors, aseguró que la compañía mantiene su compromiso con la industria automotriz estadounidense. Según la ejecutiva, esta reestructuración permitirá a GM reforzar tanto el empleo como la producción local, consolidando su presencia industrial y reduciendo su exposición a variables externas.
Impacto económico y previsiones financieras
El anuncio de la inversión tiene implicaciones significativas para el mundo empresarial y económico. Más de un millón de personas en Estados Unidos, incluyendo empleados directos, proveedores y concesionarios, dependen de las operaciones de GM.
No obstante, este cambio también responde a presiones financieras. La automotriz ajustó a la baja su pronóstico de ganancias para 2025. La estimación de ganancias ajustadas antes de intereses e impuestos (EBIT) ahora se sitúa entre 10 mil y 12 mil 500 millones de dólares, una disminución con respecto a la previsión anterior de hasta 15 mil 700 millones.
Este reajuste refleja el impacto potencial de los aranceles automotrices, estimados entre 4 mil y 5 mil millones de dólares, que han llevado a GM a reformular su enfoque de producción y a priorizar la operación dentro de Estados Unidos.