SALTO CUÁNTICO DE UNA PROBLEMÁTICA MIGRATORIA A LA ANTESALA DE UNA CRISIS DIPLOMÁTICA INDUCIDA.

Pedro Alvirde Columnista

     PEDRO ALVIRDE GARCÍA

Apreciables amigas y amigos lectores, la relación entre México y los Estados Unidos cada día, lejos de ser una relación entre naciones civilizadas y de primer mundo, se tensa a un ritmo bastante vertiginoso, sin rumbo ni definición clara. Nos debe quedar claro que el mandatario Donald Trump no quiere a los mexicanos y latinos dentro de su territorio. En sus discursos, queda muy clara su supremacía y hegemonía de dominio sobre todas las demás naciones y el resto del mundo.

Lo importante ante los retos y desafíos que hoy representa la relación bilateral es adecuar de manera inmediata el marco normativo en México para establecer y fortalecer las zonas económicas activas en todo el territorio nacional. En consecuencia, se debe consolidar la confianza para la recepción de inversiones extranjeras, mantener e incentivar las industrias ya establecidas, y armonizar un nuevo esquema fiscal amigable y evolutivo que se refleje en finanzas sanas para el país.

Para soportar los embates del exterior, es indispensable contar con un amplio y experimentado cuerpo diplomático que represente a los mexicanos ante cualquier instancia internacional, apoyado por un equipo de expertos en negociaciones. Esto permitirá diseñar panoramas actuales y futuros con una perspectiva global. Se puede apoyar en las cámaras empresariales y en personal diplomático de alto nivel, ya que, hasta ahora, el gobierno federal ha carecido de ello, confundiendo personal político con diplomático.

Es momento de realizar un estudio profundo de las finanzas y estrategias de la administración en todas sus esferas. Es urgente eficientar los recursos económicos y humanos para ampliar sus facultades y responsabilidades. Además, es necesario establecer y aplicar una Norma Oficial Mexicana de eficiencia gubernamental, con la cual se logre que los servidores públicos sean de excelencia tanto en su desempeño laboral como en su desarrollo personal y humano.

El ultimátum está en la mesa de las negociaciones cruzadas. Las acusaciones, presumiblemente falsas, solo agravan y tensionan más las circunstancias. Hace unos meses, se creía que los mensajes enviados desde México no llegaban a la Casa Blanca, pero los hechos demuestran lo contrario: los mensajes llegaron, y lo único que lograron fue encender los focos rojos hacia México. En Estados Unidos, en particular en California, se han registrado protestas violentas por un grupo de agitadores mexicanos (presumiblemente, hasta que se demuestre lo contrario), lo cual pone en riesgo la seguridad, los bienes y las vidas de los mexicanos en ese país. La situación se agrava con la posible implementación de un toque de queda por parte de las fuerzas armadas estadounidenses, entrenadas para la guerra.

Por ello, no debió haber ninguna provocación ni movimiento masivo en las calles por parte del gobierno mexicano, ya que cualquier mínima provocación puede ser utilizada como excusa por la Casa Blanca para atacar, enfrentar o incluso justificar una posible invasión a territorio mexicano, considerando antecedentes históricos y la presencia de grupos criminales considerados enemigos potenciales de Estados Unidos.

Se pide encarecidamente al gabinete del gobierno de México y a los senadores que no emitan opiniones a la ligera por protagonismos o intereses políticos. Estamos bajo la vigilancia de sistemas tecnológicos sofisticados que analizan y almacenan información y opiniones en tiempo real. La situación actual requiere una estrategia de una batalla híbrida, enfrentando amenazas en todos los frentes, con posibles consecuencias catastróficas para el país, porque la nueva modalidad allá es malinterpretar lo dicho para generar pretextos y enemistad con México.

Recordemos que, en este momento, solo deberíamos centrarnos en dos temas esenciales: las remesas de Estados Unidos y la importación de gas natural y licuado. La mala gestión en las negociaciones con EE. UU. ha afectado a 40 millones de connacionales y a millones de familias acá en México por las desatinadas y muy malas relaciones de negociación y acuerdo con los representantes, debemos entender a esta altura de la crisis diplomática la comunicación debe ser directa y en persona con Donald Trump y la Presidenta Claudia Sheinbaum en el caso concreto de México acompañada con un reducido equipo de expertos que ya hayan estado al nivel del escritorio de la Casa Blanca en las negociaciones bilaterales, no políticos, necesitamos expertos y de ser posible apaga fuegos en la extensión de la palabra, habrá próximamente acercamiento de mandatarios, que entonces sí se deberá decir a los medios toda la verdad de dicha conversación para evitar malos entendidos de los acuerdos entre ambos.

Nos encontramos ante una encrucijada ideológica, tal parece de entre bien y el mal, lo único que necesitamos es encontrar el horizonte correcto y el plan correcto adecuado a las circunstancias mundiales, estar dentro del caos o salir del caos y eso solo lo define con un pensamiento nacionalista perfectamente definido, sin simulación y sin abordar instituciones a la mala o fuera el margen de lo establecido, tratando de diseñar y disfrazar lo malo con lo bueno, nos acercamos a los momentos de definición una nación estratégicamente adecuada o un país sumido en lo imposiblemente irrelevante para el mundo.

La imperiosa necesidad evidente nos invita a la reflexión profunda de entender el contexto del verdadero significado del bienestar para los mexicanos y su acontecer cotidiano, el tiempo se acaba y los vientos no soplan favorablemente, necesitamos acción y definición circunstancial a los niveles nunca antes vistos, astucia, inteligencia, fortaleza y sobre todo diplomacia.

Entiéndase, que las subsecuentes movilizaciones en varios estados que vendrán en el país vecino del norte por los latinos y sus familias documentadas, son producto de las políticas implementadas del gobierno desde la casa blanca, que desde un inicio se marcaban como tendientes a marginar a un sector importante de la población que para nada son delincuentes, por el contario son ciudadanos que aportan a que la nación sea más fuerte, solida y competitiva.

De seguir así las políticas públicas implementadas en los Estados Unidos crecerá la enemistad a nivel internacional entre naciones que por desfortuna llevaran a una crisis económica profunda dicha a nación, lo más preocupante movilizaciones de los migrantes no son solamente latinos, las víctimas son las que sostienen la economía en sectores primarios como la agricultura, sector servicios, la construcción y la mano de obra en manufactura, hoy son descalificados y segregados allá, esta historia apenas inicia tendremos que ser proactivos ante los embates del extranjero.

“La diplomacia reemplaza la fuerza”.