Un conjunto reciente de estudios científicos publicados en la revista Brain Medicine revela que las partículas microscópicas de plástico, conocidas como microplásticos, podrían acumularse en el cerebro humano en cantidades preocupantes y estar relacionadas con el aumento global de trastornos mentales como la depresión, la ansiedad y la demencia.
¿Qué son los microplásticos y cómo llegan a nuestro cerebro?
Los microplásticos son fragmentos de plástico de menos de 5 milímetros que se desprenden de productos plásticos al degradarse. Estos contaminantes aparecen en alimentos ultraprocesados —como snacks, comida rápida y productos envasados—, que representan más del 50% de la ingesta calórica en países desarrollados como Estados Unidos.
Los investigadores encontraron que estas partículas atraviesan la barrera hematoencefálica, un filtro natural que protege al cerebro, y se acumulan en él en niveles equivalentes a aproximadamente una cucharada de plástico. Este hallazgo plantea la inquietante pregunta: ¿qué efecto tienen estas partículas en nuestra salud mental?
La conexión entre microplásticos, alimentos ultraprocesados y salud mental
Los expertos Nicholas Fabiano, Brandon Luu, David Puder y Wolfgang Marx, autores de los estudios, destacan que el consumo elevado de alimentos ultraprocesados aumenta los problemas mentales. Según una revisión reciente en The BMJ, quienes consumen estos alimentos tienen un 22% más de riesgo de sufrir depresión, un 48% más de ansiedad y un 41% más de trastornos del sueño.
Un dato revelador indica que, por ejemplo, los nuggets de pollo contienen hasta 30 veces más microplásticos por gramo que la pechuga de pollo natural, lo que evidencia cómo el procesamiento industrial incrementa la exposición a estas partículas nocivas.
Mecanismos biológicos similares en demencia y depresión
Estudios publicados en Nature Medicine señalan que quienes padecen demencia acumulan entre tres y cinco veces más microplásticos en su cerebro que personas sin esta enfermedad. Wolfgang Marx explica que los microplásticos podrían actuar mediante vías biológicas similares a las que relacionan los alimentos ultraprocesados con la inflamación, el estrés oxidativo y la disfunción mitocondrial, todos factores vinculados a problemas neurodegenerativos y de salud mental.
Posibles soluciones: ¿cómo eliminar los microplásticos del cuerpo?
Frente a este panorama, científicos exploran técnicas para reducir la carga de microplásticos en el organismo. Un estudio reciente investigó el uso de la aféresis terapéutica, un procedimiento que filtra la sangre fuera del cuerpo, como método potencial para eliminar estas partículas contaminantes. Aunque prometedor, este enfoque requiere mucha más investigación antes de poder considerarse una opción viable.
El investigador Stefan Bornstein, de la Universidad de Dresde, enfatiza la necesidad de desarrollar tanto estrategias para reducir la exposición (por ejemplo, mediante mejores prácticas alimentarias y de envasado) como métodos para remover los microplásticos ya acumulados en el cuerpo.
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