¡Insólito en Brasil 1950! México juega con la playera del Grêmio en un Mundial

¡Insólito en Brasil 1950! México juega con la playera del Grêmio en un Mundial

El Mundial de Brasil 1950 fue un evento lleno de sorpresas y momentos inesperados. Además del famoso “Maracanazo”, este torneo nos regaló otra peculiaridad protagonizada por la Selección Mexicana, que terminó jugando uno de sus partidos con la playera del Grêmio de Porto Alegre.

¿Cómo llegó México al Mundial de 1950?

México clasificó al Mundial de 1950 tras ganar la Copa NAFC, un torneo organizado por la Confederación Norteamericana de Futbol (que años después se convertiría en la Concacaf). En este torneo, México compartió escenario con Cuba y Estados Unidos, logrando el título que le dio el pase a la Copa del Mundo.

Un Mundial para el olvido

Sin embargo, la historia en el Mundial sería muy diferente. México quedó ubicado en el Grupo A, donde enfrentaría a los locales en la inauguración del torneo, además de Yugoslavia y Suiza. Lamentablemente, su actuación no fue la mejor, y al igual que en sus dos participaciones anteriores, regresaría a casa con tres derrotas.

En el primer partido, celebrado en el mítico estadio Maracaná, México luchó contra la historia, pero su arco fue vencido por Ademir Marques de Menezes, considerado uno de los mejores delanteros de la historia. El partido terminó con una goleada 4-0 a favor de Brasil.

Cuatro días después, en Porto Alegre, la suerte de México no cambió. De nuevo, recibió cuatro goles en contra, esta vez a manos de Yugoslavia. Como consuelo, en el último minuto del partido, Héctor Ortiz Benítez anotó el gol de la honra vía penal.

México ya estaba virtualmente eliminado, pero mantenía la esperanza de dejar una buena impresión ante Suiza en su último partido. Y vaya que lo hizo, aunque no precisamente en la cancha.

¿Por qué México jugó con la playera del Grêmio?

El tercer y último partido de México estaba programado para el 2 de julio, de nuevo en Porto Alegre. Sin embargo, surgió un problema inesperado: ambos equipos jugaban con playeras de un tono muy parecido. En aquella época, el uniforme de México era guinda, similar al de Suiza.

Es importante recordar que en aquel tiempo, los equipos de futbol no contaban con los recursos económicos ni logísticos de ahora, mucho menos con patrocinadores que les permitieran llevar varios uniformes. Por ello, ninguna de las dos escuadras había viajado con una indumentaria “de visitante”.

La solución a este inconveniente se dejó a la suerte, con un volado. Curiosamente, la suerte favoreció a México, que tendría la oportunidad de jugar con su uniforme convencional. No obstante, la delegación mexicana, apelando a la tradicional cordialidad, optó por ceder este privilegio y permitió que los suizos jugaran con sus colores tradicionales.

Para salir del apuro, consiguieron unos jerseys a rayas azul y blanca del Grêmio de Porto Alegre, uno de los equipos de la ciudad. Desafortunadamente, esta cortesía no se reflejó en el marcador, donde Suiza ganó 2-1, con un gol de Horacio Casarín para México al minuto 89.

El inicio de una nueva historia

Tuvieron que pasar ocho años para que México obtuviera su primer punto en una Copa del Mundo, y doce para que ganara su primer partido. Pero esa historia se las contaremos en otra ocasión.