Este viernes, una protesta en las afueras de la planta de Tesla en Grünheide, Alemania, resultó en enfrentamientos con la policía y varios heridos, incluidos tres oficiales y una mujer. Centenares de activistas se congregaron cerca de la gigafactoría de Tesla, algunos intentando acceder a las instalaciones, lo que desencadenó una respuesta de las fuerzas del orden para evitarlo, según informó Maik Kettliz, portavoz de la policía.
La manifestación afectó el tráfico local, obligando al cierre de carreteras y vías ferroviarias cercanas.
Los activistas, en un comunicado, informaron que alrededor de trescientos manifestantes ocuparon el antiguo aeródromo de Neuhardenberg, utilizado como almacén para los vehículos producidos en la gigafactoría. Según los manifestantes, estos vehículos almacenados representan una sobreproducción de Teslas sin vender, lo que sobrecarga la infraestructura local.
La protesta se enmarca en la campaña “Cerrarle el grifo a Tesla”, que busca detener la ampliación de la planta de Tesla en Grünheide. Los manifestantes expresan su preocupación por el impacto ambiental y la demanda excesiva de recursos naturales que la expansión de la planta podría generar. Además, denuncian la congestión del tráfico local debido al transporte constante de vehículos Tesla.
La policía confirmó la presencia de personas, algunas con capuchas, en el antiguo aeródromo, y reportó el uso de pirotecnia por parte de los activistas. Se espera que las protestas continúen durante varios días, con el objetivo de reunir a más de mil participantes.
Los manifestantes argumentan que su protesta es en defensa del medio ambiente, la justicia y la necesidad de replantear el modelo de transporte, más allá de la marca Tesla, en un contexto donde la producción masiva de vehículos eléctricos plantea desafíos sociales y ambientales.
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