El Último Testigo: El Río Magdalena de la Ciudad de México

Un Pasado de Aguas y Ríos

En tiempos pasados, la Ciudad de México estaba rodeada de un paisaje salpicado de ríos, canales, lagos y lagunas. Sin embargo, con el avance del crecimiento urbano, estas maravillas naturales han quedado relegadas al pasado, y hoy en día solo un río corre al aire libre en el territorio capitalino.

El Último Superviviente: El Río Magdalena

El sobreviviente de esta época dorada de ríos es el Río Magdalena. Naciendo al sur poniente de la Ciudad de México, en el Cerro de San Miguel perteneciente a la Sierra de las Cruces, este río se extiende a lo largo de 20 kilómetros por la urbe. Su curso atraviesa el Parque Nacional de Los Dinamos y alcanza puntos emblemáticos como Periférico, avenida Revolución y los Viveros de Coyoacán.

La Desaparición de los Ríos Antiguos

En el siglo XX, con la expansión de la ciudad, muchos de los ríos que la alimentaban fueron entubados para dar paso al desarrollo urbano. Ríos como el Mixcoac, Churubusco, la Piedad y el Consulado desaparecieron bajo las calles y avenidas modernas, perdiendo su función ecológica y natural.

El Legado del Río Magdalena

El Río Magdalena es más que un simple curso de agua. Representa una conexión con el pasado natural de la ciudad y una ventana a la importancia del cuidado ambiental. A pesar de enfrentar amenazas como la deforestación y la canalización en ciertas secciones, aún conserva su flujo permanente y es aprovechado para el consumo humano.

Un Llamado a la Conciencia Ambiental

El respeto por el medio ambiente y la naturaleza es una responsabilidad compartida por todos. Visitantes y residentes de la Ciudad de México deben ser conscientes de la importancia de mantener limpios y saludables lugares como el Río Magdalena. Cada pequeña acción cuenta en la preservación de este último vestigio de la naturaleza en la metrópoli.