Oaxaca se destaca por su rica cultura, gastronomía excepcional, y paisajes que cortan la respiración. Dentro de esta mezcla, existe un lugar poco conocido que promete una experiencia única: Playa Agua Blanca. Este paradisíaco rincón, ubicado en Santa María Tonameca, es el escenario perfecto para aquellos que buscan la tranquilidad lejos del bullicio de la vida cotidiana. La característica más impresionante de Playa Agua Blanca son sus albercas naturales, formadas por rocas, donde las aguas cristalinas invitan a un baño relajante.
Un Tesoro Natural: Las Pozas de Playa Agua Blanca
Lo que hace especial a Playa Agua Blanca es su singular conjunto de pozas naturales. Estas piscinas formadas por las olas que rompen contra las rocas ofrecen un refugio seguro y sereno para nadar, a pesar del fuerte oleaje característico de la región. La transparencia del agua permite a los visitantes disfrutar de la vista de pequeños peces y otras criaturas marinas sin necesidad de equipo de snorkel.
Un Refugio de Paz
La playa se caracteriza por su tranquilidad, ya que es visitada por pocas personas. Este aspecto la convierte en el lugar ideal para relajarse, escuchar el suave romper de las olas y desconectar del mundo exterior. Para aquellos que deseen prolongar su estancia y disfrutar de la gastronomía local, hay restaurantes a pie de playa que ofrecen deliciosos platillos de mariscos y pescados
Accesibilidad y Recomendaciones
Llegar a Playa Agua Blanca es una aventura en sí misma. Situada cerca de Santa Elena el Tule, en el municipio de Santa María Tonameca, la entrada a este escondite puede ser un poco difícil de encontrar. Los viajeros deben estar atentos a las señalizaciones para no pasar por alto este encantador destino. La ruta más conveniente parte desde Oaxaca de Juárez, tomando la autopista hacia Puerto Escondido y siguiendo la carretera 200 hacia Pochutla o Puerto Ángel.