La euforia que rodeó a Bobi, el rafeiro portugués que ostentaba el título del “Perro más viejo de la historia”, ha llegado a su fin. Los Récords Guinness retiraron el reconocimiento tras una investigación que cuestiona la veracidad de la información proporcionada por los dueños de Bobi.
El Retiro del Récord:
- Falta de Evidencia Sólida: El comité de los Récords Guinness emitió un comunicado anunciando la retirada del título de Bobi debido a la falta de evidencia suficiente para respaldar su edad alegada de más de 30 años.
- Preocupaciones Planteadas: Veterinarios y expertos expresaron dudas tanto en comentarios públicos como en privado, lo que llevó a la revisión del historial de Bobi. La investigación se centró en la falta de verificación independiente de la edad del perro.
Cuestionamientos a la edad de Bobi:
- Comparación de Fotos: Se señaló que al comparar fotos de diferentes etapas de la vida de Bobi, surgieron dudas sobre si realmente se trataba del mismo perro. Este aspecto alimentó las preocupaciones sobre la autenticidad de la información proporcionada.
- Datos Obtenidos de un Chip: La información oficial sobre la edad de Bobi se basó en un chip colocado por instancias del gobierno portugués. Sin embargo, el proceso no requería más que la información proporcionada por los dueños y no exigía una verificación veterinaria oficial.
Repercusiones y nuevo titular:
- Derrocamiento de Bobi: Con la retirada del título, Bobi ya no ostenta el récord del “Perro más viejo de la historia”. El anterior poseedor, Bluey, un perro pastor australiano que falleció en 1939 a la edad de 29 años y cinco meses, recupera el título.
- Compromiso con Estándares Elevados: Mark McKinley, director de registros de los Récords Guinness, afirmó que sin evidencia concluyente y para mantener los altos estándares, no podían seguir reconociendo a Bobi como el perro más viejo.
La descoronación de Bobi ha generado controversia y destaca la importancia de la verificación rigurosa en la adjudicación de récords, incluso en el reino animal.