Limbo migrante

azul etcheverry columnista

Por: Azul Etcheverry

La ubicación geográfica de nuestro país es de las más importantes en el mundo. Las norte, por supuesto, tenemos a una de las naciones preeminentes que ejerce presión e influencia en el mundo como ninguna otra. Al sur tenemos a nuestros hermanos latinoamericanos con los que compartimos cultura e historia de hermandad que sin duda debería de ser más vista, reconocida y fortalecida. Esta ubicación permite a México ser un país que juegue diferentes roles y tenga responsabilidades globales importantes.

Tal es el tema migratorio, pues nuestro México es país de emisión, tránsito y hasta destino de migrantes no sólo del sur al norte sino también, como últimamente hemos visto en la ciudad, de norte a sur. Dada esta dinámica nuestros líderes tienen un escenario en el que tomar decisiones se vuelve complejo, hay que jugar muy bien las piezas pues, al final de cuentas, hablar de migración es hablar de seres humanos en busca de una mejor realidad o incluso de aquellos que huyen por que en la suya su vida corre peligro.

La encrucijada viene cuando se intenta defender a los connacionales en Estados Unidos pero también se busca controlar el paso de sudamericanos en donde los recursos y las presiones del vecino del norte también juegan un papel importante, sin dejar de mencionar también las condiciones de seguridad tanto para ellos como para los mismos habitantes de la región fronteriza sur.

Todo parece indicar que el Instituto Nacional de Migración mexicano ha decidido suspender las repatriaciones y que como consecuencia de esto habrá cientos de migrantes en el limbo que se queden atascados en las ciudades fronterizas del sur y del norte. ¿Qué consecuencias podría traer esta decisión?

En primer lugar, podría poner tensa las relaciones con nuestros países latinoamericanos aliados que tendrían toda la razón en reclamar y exigir lo mismo que México exige para los nuestros en el norte, además de poner un factor más que puede elevar los niveles de inseguridad , sobre todo en la frontera sur donde el crimen organizado incluso se ha atravieso a desfilar en plena luz del día. Esto afectaría de manera importante también los importantes comicios del 2024 y sin duda sería una amenaza para nuestra democracia.

También, pondría a México en el ojo del huracán electoral estadounidense, el argumento de que las fronteras mexicanas están fuera de control, trae consigo un capital político electoral importante que siempre busca ser bien explotado por los Republicanos que han propuesto leyes anti migrantes estrictas en los últimos meses.

Tanto esta administración como la siguiente tienen que jugar muy bien las cartas y tener en cuenta los siguientes tres puntos, control fronterizo migratorio con recursos para que sea adecuado (1) lo que al tiempo apaciguara las tendencias antiinmigrantes estadounidenses (2) y la protección de los nuestros ante esta amenazas (3), estos temas serán esenciales para el contexto regional en el corto – mediano plazo y para lo que se necesita una política exterior de altura, firme y robusta.