Por Adriana Delgado Ruiz | @AdriDelgadoRuiz
La propuesta de #JavierMilei es romper el círculo vicioso que hace cada vez más pobre a #Argentina: un gobierno obeso y burocrático que gasta mucho y además mantiene la escandalosa cantidad de 141 programas asistencialistas, que se financia con deudas cada vez más impagables e imprimiendo dinero a diestra y siniestra.
El resultado es el obvio: con todo y populismo, el 40.1 por ciento de la población vive por debajo de la línea de la pobreza y el 9.3 por ciento, de plano, en la indigencia, además con inflaciones atroces como la de 142.7 por ciento en el último año. Pareciera que los gobernantes argentinos tomaron un curso de economía y lo aplicaron justamente al revés.
Javier Milei propuso adelgazar al Estado eliminando 10 ministerios para quedarse con ocho: Interior, Economía, Infraestructura, Justicia, Seguridad, Defensa, Relaciones Exteriores y uno nuevo llamado Capital Humano con la fusión de los ministerios actuales de Educación, Salud y Desarrollo Social, en que cambiaría gradualmente el enfoque de los programas asistencialistas. También planea que el gobierno saque la mano de los negocios, con un programa amplio de privatizaciones para que las empresas sean realmente productivas y rentables.
¿A qué se enfrenta? Al reto de la política. Ganó la presidencia pero sólo contará con 38 de los 257 diputados, siete de los 72 senadores y ninguno de los 24 gobernadores que tienen mucho peso político en su país, así que tendrá que conciliar hasta con sus adversarios más acérrimos y construir consensos. Ese es el mandato que le dieron las urnas.
Milei también se propone desaparecer el Banco Central, que ha emitido dinero irresponsable y desmedidamente según se lo ha ordenado el gobierno, y de plano, dolarizar la economía. Pero no le alcanza. Las reservas internacionales argentinas son muy pequeñas, apenas 21 mil millones de dólares, mientras su deuda asciende a 403 mil millones que significan el 88.4 por ciento de su Producto Interno Bruto.
¿Qué lecciones ver para nuestro país? Sin duda, en México estamos muy lejos de tener una crisis como la que azota a Argentina desde hace décadas. Aquí, el banco central es autónomo desde 1994, con la obligación principal de mantener controlada la inflación y el gobierno no puede obligarlo a emitir dinero.
Pero sí hay alertas. Para 2024, 21.5 de cada 100 pesos que gastará el gobierno serán deuda que además se usará en programas que no representarán un incremento posterior de sus propios ingresos. Así empezó Argentina, también Venezuela y otros países que después pagaron con grandes crisis la ilusión de un falso reparto de una riqueza no generada.
Más aún, la historia demuestra que ningún gobierno es buen empresario y los negocios estatales terminan distorsionando el mercado, siendo ineficaces e incluso corrompidos. Los casos de Segalmex, Gas Bienestar y Mexicana de Aviación entre otros, son ejemplos contundentes.
En la competencia electoral de 2024, los ciudadanos tienen la atribución y la responsabilidad, con su voto, de no depositar todo el poder en una sola fuerza política que imponga su proyecto como aplanadora. Lo sano en una democracia es el debate y el intercambio de ideas. El Congreso es la plataforma para ello y es por eso que su composición debe representar lo mas fielmente posible todos los puntos de vista de la poblaci