Paz y Reconciliación

Los obispos y las candidatas presidenciales

Luis Vega D.

Esta semana, las candidatas Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum se reunirán en privado y en la más estricta confidencialidad con “la cúpula de cúpulas” de los obispos mexicanos.

El Consejo de presidencia de la conferencia episcopal mexicana, encabezada por Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey, decidió que las reuniones no se abran a 140 los obispos mexicanos asistentes a la Asamblea Anual sino todo quede en petit comité.

Esa decisión de no exponer a las candidatas ante el pleno de la CEM nos parece que no es muy acertada por parte del presidente de los obispos, cuando muchos dirigentes de la Iglesia está buscando decir lo que piensa a las candidatas sobre los temas críticos de la vida pública del país. Hasta donde sabemos las candidatas estaban dispuestas a echarse un round de un par de horas con todos, pero a Don Rogelio le está ganando la prudencia o el miedo de que sus cohermanos las presionen hasta el extremo. Pero sabemos que algunos obispos han tenido una relación respetuoso con ambas mujeres.

La reunión con la doctora Claudia Sheinbaum será mañana martes con siete obispos máximo, al igual que el de Xóchitl Gálvez. Ellos son: Rogelio Cabrera, Gustavo Rodriguez Vega (Yucatán), Ramón Castro Castro (Cuernavaca), Jorge Alberto Cavazos (San Juan de los Lagos), Jaime Calderón (Tapachula) y Enrique Diaz (Irapuato).

¿Tienen los obispos y sacerdotes católicos mexicanos simpatía por un candidato o candidata para la elección presidencial del próximo año?

-Si y no.

¿Qué tanto influirá un dirigente de la Iglesia Católica en la elección presidencial del próximo año ?

-Poco y mucho.

¿Son los dirigentes cristianos (católicos, no católicos y de otras expresiones religiosas) el fiel de la balanza en un proceso electoral?

-A veces. Depende de qué comunidad.

Durante las próximas semanas vamos a ir reportando en este espacio los “dichos y hechos” de los dirigentes de todas los “credos” en el país durante las campañas presidenciales, que para efectos prácticos ya iniciaron.

Las preguntas anteriores son generalmente las que cualquier persona, medianamente informada, se hace sobre la relación Iglesias-elecciones.

Esta semana, en Casa Lago de Guadalupe, se reúnen más de 130 cardenales, arzobispos y obispos mexicanos para reflexionar sobre la situación de la Iglesia Católica en México pero también para definir el papel que la jerarquía va a tomar en el proceso electoral del 2 de junio del año próximo.

Hasta ahora es previsible el rol que las diferentes iglesias van a adoptar respecto a Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum, pero si Marcelo Ebrard decide participar en o campaña presidencial por Movimiento Ciudadano, entonces puede haber una división en las simpatías de los obispos mexicanos.

Nomás para dar contexto: las simpatías o antipatías de la jerarquía católica por los candidatos, los que sean, van a estar influenciadas en buena medida por dos razones: la relación personal que tengan con los obispos y las filias o fobias de su partido o dirigente real de la organización política.

En el caso particular de Claudia Sheinbaum, la exjefa de gobierno de la Ciudad de México tendió puentes con el arzobispo Carlos Aguiar y los obispos auxiliares de la Arquidiócesis. Pero, la relación fría y distante que tuvo el presidente Andrés Manuel López Obrador durante estos años con la Conferencia del Episcopado Mexicano va a pasar factura a la candidata de Morena.

Cómo jefe de gobierno López Obrador tubo y mantuvo una relación muy cercana con el cardenal Norberto Rivera, arzobispo de la Ciudad de México; incluso al interior de la Iglesia Católica se debía que había acuerdos políticos como el de no pasar o detener en el congreso de la CDMX temas controversial como el aborto. Pero cuando el tabasqueño llegó a Palacio Nacional enfrió la relación, pero admira al Papa Francisco por su trabajo con los pobres y lo usa como parte de su discurso político para no entrar en confrontación con los obispos y sacerdotes.

Claudia ha buscado hacer una relación con la jerarquía católica, le ha echado ganitas, pero ya va tarde y el esfuerzo es lento. Le faltan operadores, crear temas de interés con la institución y “pedir permiso” para separarse de su jefe.

La candidata del PAN, PRI y PRD, Xóchitl Gálvez, tiene un camino más andado en la relación con los obispos de Hidalgo, Estado de México, Ciudad de México y aquellos del sureste donde desarrolló programas sociales personales o en el gobierno de Fox.

Durante su precampaña presidencial se ha reunido con cardenales, arzobispos y obispos, pero al igual que su competidora no tiene todavía una propuesta concreta sobre los temas sociales que importan a la iglesia: cómo va a combatir la criminalidad de los grupos delincuenciales, cómo va a enfrentar la muerte y desaparición de miles de personas, qué va a hacer con los grupos de migrantes internacionales que intentan llegar a Estados Unidos, cuál es la propuesta para lograr la Paz y reconciliación de México.

El camino parece largo, pero el 2 de junio está a la vuelta de la esquina. Y esta semana puede ser una buena oportunidad para que Xochilt o Claudia ganen simpatías en sus reuniones con los obispos mexicanos.

¡Arrancan!