Las armas y algo más.

azul etcheverry columnista

Esta semana volvimos a presenciar un nuevo tiroteo en los Estados Unidos, en esta ocasión fue un individuo llamado Robert Card, entrado en los 40, ciudadano estadounidense, reserva del ejército y quien se dedicaba a ser instructor de armas de fuego. Anteriormente había habido señales de alerta que indicaban problemas de salud mental, Card había amenazado anteriormente con disparar contra una base militar y en los últimos días expresó estar escuchando voces. Incluso lo habían internado en algún centro de rehabilitación mental del que posteriormente salió sin problemas.

 

Robert Card tomó su auto la noche del pasado miércoles y se dirigió a un boliche donde al llegar empezó a disparar indiscriminadamente a las personas del lugar, donde se encontraban familias y niños, posteriormente se dirigió a un bar en donde repitió sus acciones y acabó con más vidas. 22 muertos y al menos 50 heridos, el octavo tiroteo más violento de la historia de Estados Unidos.

 

La pérdida de vidas y heridos ya es algo muy lamentable, sin embargo no son todas las consecuencias, las clases fueron suspendidas los días posteriores y se recomendó a toda la población de la región permanecer en sus casas, los costos sociales son también altísimos, el constante estado de alerta y miedo generalizado también se tienen que tomar en cuenta, el daño a la salud mental colectiva y sentido de seguridad son gravemente afectados por estos sucesos.

 

¿Cuál es el trasfondo de todo esto? Los Estados Unidos enfrentan un grave problema de salud mental, en primera instancia por el consumo de drogas y en segundo, por una sociedad en decadencia, individualista y con una dinámica de consumo asfixiante donde las desigualdades son evidentes y donde impera un individualismo desolador.

 

Por supuesto no podemos dejar de mencionar el hecho de que en ese país es legal portar armas y, más allá de eso, la facilidad con la que se pueden obtener es impresionante, casi como ir al super por víveres.

 

Sociedad en decadencia + problemas de salud mental + controles laxos para obtener armas. El resultado de esta ecuación lo hemos visto todos: 565 tiroteos masivos en lo que va de 2023. 3 años con más tiroteos masivos 2020 con 610, 2021 con 688 y 2022 con 645, 15,500 personas que han perdido la vida entre los que se encuentran 246 niños menores de 11 años.

 

Hay expertos y organizaciones que aseguran que el problema son las armas, es cierto, pero no es lo único. Los Estados Unidos tienen que atender de manera urgente la erosión de su sociedad profundamente individualizada y alejada unos de otros que busca refugio en las adicciones o termina afectada en su salud mental. Esperemos que estos trágicos eventos sean el punto de quiebre para ver políticas públicas renovadas, que dejen atrás derechos y demandas ya caducadas de antaño y que respondan a la realidad actual.