El hielo marino de la Antártida ha alcanzado un nivel alarmantemente bajo, marcando su extensión máxima anual más reducida en los últimos 44 años, según datos reportados por el Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve (NSIDC) de Estados Unidos. El 10 de septiembre, la extensión máxima de hielo marino en la región antártica se registró en tan solo 16.96 millones de kilómetros cuadrados, marcando un preocupante descenso.
Esta cifra representa un descenso significativo de aproximadamente 1.03 millones de kilómetros cuadrados en comparación con el récord anterior. El NSIDC destacó que esta disminución es notable, ya que se ha registrado la menor cantidad de hielo marino en casi medio siglo, desde que comenzaron los registros en 1979.
El fenómeno es motivo de gran preocupación, ya que el hielo marino en la Antártida juega un papel crucial en el equilibrio climático global. Su extensión y volumen influyen en el nivel del mar, la regulación del clima y el ecosistema marino, lo que afecta directamente a la vida silvestre y las condiciones climáticas en todo el mundo.
Este hecho plantea interrogantes sobre el impacto del cambio climático en la región antártica y subraya la necesidad de tomar medidas concretas para abordar el calentamiento global y sus efectos en el planeta. Los científicos y expertos en clima advierten que este alarmante retroceso del hielo marino es una señal de alerta que debe impulsar acciones para mitigar el cambio climático y sus consecuencias devastadoras.