Explora la magia surrealista oculta en los rincones de la capital mexicana
Hablemos del surrealismo, ese movimiento artístico y literario de principios del siglo XX que se caracteriza por cruzar los límites de la realidad y expresar la máxima belleza del absurdo. Esta corriente creativa tiene exponentes importantísimos como Dalí o Max Ernst y una cercana relación con la Ciudad de México donde podemos contemplar varios paisajes surrealistas.
1. Laberinto del Ajusco: Un Jardín de Enigmas
En 1999, un historiador del arte llamado Ignacio Figueroa decidió construir en su jardín una réplica exacta del laberinto inglés en el que Ana Bolena se perdió y se encontró muchas veces. El resultado fue una edificación pequeña, pero única, a las faldas del Ajusco. Un laberinto de paredes verdes que ofrece una aventura por 20 minutos y que nos permite tirarnos en el pasto e inhalar un poco de aire puro en un entorno que parece sacado de un paisaje europeo.
2. Cárcamo de Dolores: Arte Subterráneo en Chapultepec
No todos los paisajes raros de la ciudad están por fuera, algunos son subterráneos. En este caso particular hay uno que está dentro de una obra hidráulica en la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec. Construido a principios de los años 50, a propósito de las obras del Sistema Lerma, el cárcamo es también un edificio funcionalista que le sirvió de lienzo a Diego Rivera para pintar “El agua origen de la vida en la Tierra”; un mural que relata la simbólica relación que esta ciudad ha tenido con el líquido vital desde épocas prehispánicas.
3. Cerro de las Estrellas: Donde las Estrellas se Funden con la Historia
Uno de los paisajes más surrealistas de la Ciudad de México se ubica en la Alcaldía de Iztapalapa. Se trata de un parque nacional, que también es un museo arqueológico y un mirador asombroso desde el que los pueblos originarios contemplaban las estrellas. En la cima de esta pequeña montaña se realizaba la ceremonia del Fuego Nuevo para adorar el sol. Estos rituales iniciaron cientos de leyendas, entre ellas que entre las cuevas del bosque hay un tesoro esperando a que alguien lo encuentre.
4. Desierto de los Leones: Naturaleza y Espiritualidad en la Ciudad
Enclavado en la delegación de Cuajimalpa, este Parque Nacional representa en sí mismo el sincretismo y la rareza de la Ciudad de México. Aquí no solo encontraremos uno de los pulmones verdes más grandes e importantes que existen en esta ciudad, sino también el primer convento que se construyó en la capital, una mole de piedra en la que los carmelitas descalzos querían escapar del bullicio del siglo XVII.
5. Cerro del Tepeyac: Donde lo Religioso se Entrelaza con lo Natural
Para los creyentes, la falda de esta montaña representa tanto la
aparición de la Virgen de Guadalupe como su encuentro con Juan Diego. Esto genera una atmósfera un tanto absurda en la que conviven los símbolos religiosos con las rocas de una montaña que parece estar cortada por la mitad. Además de contar con una capilla propia llamada el Cerrito, ser un santuario de adoración para los feligreses y estar pagada a la Basílica de Guadalupe, el Cerro del Tepeyac nos ofrece una vista excepcional del norte de la Ciudad de México, un paisaje de casas y cielo que no se parece a nada.
Descubre la magia surrealista que se oculta en estos rincones de la Ciudad de México, donde lo extraño se encuentra con lo cotidiano, y donde la realidad se desdibuja en un pequeño y maravilloso sueño.
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