Paz y Reconciliación

 

El Padre Goyo, Profeta y Sanador

Luis Vega D.

Gregorio López Gerónimo cuenta que una mañana, al Iniciar la misa, el monaguillo de 9 años entregó un papelito con un nombre antes de empezar la misa y dijo: “pida por mi papá porque fue levantado y desaparecido”.

Este niño y su hermano iban todos los días a misa y pedían con devoción, con tanta fe, “porque su papá apareciera”, eso me conmovió las entrañas, platica el sacerdote.

Al principio solo pedía por la aparición de este arquitecto y de otras víctimas de la violencia, pero luego el padre Goyo denunció el contubernio de autoridades con grupos delincuenciales en Michoacán, a través de la organización “Cristos” a las comunidades para crear autodefensas y gobiernos autónomos. Los ciudadanos, los cristianos responsables no tomamos las armas.

A través del Rosario, dice el padre Goyo, llegamos a juntar mil personas y luego se sumaron diez mil personas más en la plaza pública; luego, tomamos la presidencia municipal, la fiscalía y los juzgados para exigir rectitud y honestidad a las instituciones. La organización “Cristos” conminó al gobierno a hacer las cosas de manera correcta, con razón y justicia.

La crisis de la violencia alcanzó niveles internacionales por la muerte del Señor Hipólito Mora, por lo que el padre Goyo acusa al gobierno de la muerte de este luchador comunitario en Tierra Caliente.

Este sacerdote cofundador de las autodefensas es partidario de que las comunidades retomen los gobiernos autónomos, encabezados por los ancianos y líderes de intachable conducta social.

Antes de la muerte de Mora, Don Goyo proponía un modelo de justicia transicional que consistía en sentar a magistrados, peritos en materia legal y seguridad pública, traer a militares y también a asociaciones civiles capaces de negociar, de tener apoyo de abogados de los distintos frentes y hacer convenios. Se buscaba hacer una alianza, un parlamento, donde pudieran llegar a acuerdos para pacificar el estado.

Pero con el asesinato de Hipólito Mora y sin que haya justicia por su muerte, el diálogo está roto y debemos regresar a que sea la comunidad quien tome el control de los pueblos, no los partidos políticos ni el gobierno estatal.

Se sabe mucho de las amenazas de muerte en contra del sacerdote católico por los grupos del crimen organizado, de las denuncias contra presidentes municipales de Michoacán y miembros del poder judicial corrompidos por los narcos, pero se sabe muy poco del trabajo que realiza para crear hogares para niños que perdieron a sus padres por la violencia en el estado, los desplazados de las comunidades en la entidad y los migrantes purépechas en Estados Unidos.

Actualmente el Padre Goyo está realizando convenios con agrupaciones de migrantes y despachos de abogados para repatriar a niños huérfanos a Estados Unidos; consiguiendo becas para lograr que los estudiantes de la tierra caliente en Michoacán, puedan tener una mejor esperanza de vida a través de la organización El Buen Samaritano.

Y mientras platicamos, López Gerónimo gestiona que un paciente de Apatzingán sea recibido en una clínica del IMSS de Morelia porque lleva dos días “tirado en el pasillo” esperando que lo atienden.

También platica del trabajo que realiza con los grupos de migrantes michoacanos que no tienen papeles para entrar a Estados Unidos. “Lo primero es que lleguen a la frontera norte del país y puedan ser atendidos en los albergues de Migración o de diversas iglesias y luego que puedan cruzar la frontera para llegar con sus parientes a la Unión Americana”. Bajo una migración legal, ordenada, digna y segura.

La plática con el Padre Goyo se alargó y terminamos en una reunión con el Padre Pistolas, de la que daremos cuenta en otra ocasión.