El 9 de Julio, autoridades alemanas detuvieron a un ciudadano alemán, identificado como Carsten L., acusado de espiar en beneficio de Rusia mientras trabajaba para el Servicio Federal de Inteligencia (BND), el servicio de inteligencia exterior de Alemania.
La detención se llevó a cabo bajo cargos de traición, según anunció la oficina del fiscal general federal de Alemania. El comunicado de prensa de la Fiscalía General detalló que el acusado habría transmitido información confidencial del Estado obtenida durante sus actividades laborales en 2022 a un servicio de inteligencia ruso. El contenido de la información se clasifica como secreto de Estado según el artículo 93 del Código Penal.
La investigación, realizada en estrecha colaboración con el BND, incluyó registros en los domicilios y lugares de trabajo del acusado, así como de otro individuo sospechoso involucrado en el caso.
El jueves, el acusado compareció ante el juez de instrucción del Tribunal Supremo Federal, quien ordenó su detención preventiva mientras se profundiza en el caso. No se ha informado de momento si el acusado cuenta con representación legal.
Este arresto se suma a otros episodios de supuesto espionaje ruso en Europa. En octubre, la policía noruega detuvo a un académico que afirmaba ser ciudadano brasileño, sospechoso de espionaje en favor de Rusia. Además, en junio, las autoridades de Países Bajos frustraron un intento de espionaje ruso en el Tribunal Penal Internacional, cuando un agente ruso intentó infiltrarse haciéndose pasar por un becario. Estas situaciones reflejan el persistente interés de los servicios de inteligencia rusos en actividades de espionaje en el continente europeo.
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