Oposición: Luces y Sombras

Armando_ Ríos Piter Columnista

Por Armando Ríos Piter

Por una #SociedadHorizontal

Las dirigencias nacionales de PAN, PRI y PRD anunciaron el cambio de “Va por México” al “Frente Amplio por México”. El método de selección aprobado incluye tres etapas que iniciarán a partir del 4 de julio: recolección de 150 mil firmas por cada participante, un foro nacional, dos encuestas, cinco debates entre tres finalistas y una jornada de votación libre, secreta y directa. El desarrollo de dicho proceso estará a cargo de un Comité Organizador, conformado por ex consejeros electorales, que deberá anunciar el próximo 3 de septiembre, mismo que anunciará el nombre de la persona que asumirá el cargo de “Promotor o Promotora del Frente Amplio por México”.

Sin embargo, durante la semana en que se difundieron las reglas para elegir al candidato presidencial, la unidad del bloque sufrió varias defecciones. Por un lado, varios de los personajes de la sociedad civil que habían sido invitados, disolvieron el consejo electoral ciudadano. Bajo el argumento de que cambió el esquema para el que fueron convocados, criticaron que al final, los partidos impusieron sus reglas. En paralelo, algunos aspirantes anuniaron que no participarían en el proceso, por no estar de acuerdo con el método acordado.

Claudia Ruiz Massieu declaró: “si he criticado y señalado que los aspirantes oficialistas violan la ley haciendo actos anticipados de campaña, no puedo hacer lo mismo”. Germán Martínez, descartó participar en la contienda y dijo que no se va a echar “en manos de cargadas empresariales, sindicatos con dueño o padroneros partidistas”. Además añadió, “no voy a violar la ley para obtener ningún cargo público. Ni campañas anticipadas, ni dinero sin fiscalización ni uso de datos personales del padrón”.

Por su parte, Lilly Téllez señaló que, hay “riesgos de que se viole la ley electoral”. “El método así como se ha planteado no garantiza que existan plenas condiciones de equidad entre los aspirantes…el proceso de definición no otorga el poder de decisión a los ciudadanos, sino a los que movilizan ciudadanos”. Denunció que, “el método de selección no genera certidumbre sobre la autenticidad del padrón electoral interno y la forma de recibir y contar los votos, ni existen reglas claras sobre el origen y destino del dinero, por lo que los participantes, no podrán saber qué intereses están detrás de cada aspirante”. Para finalizar, fue contundente al afirmar que, ”no podemos oponernos al clientelismo gubernamental, echando mano del clientelismo partidista o corporativo”…”No vamos a contener a la nueva oligarquía morenista, de la mano de los oligarcas del viejo régimen”.

Hasta el momento, suman 14 los políticos que han confirmado su participación en la contienda por la candidatura de la oposición. Sin embargo, a juzgar por las primeras reacciones de plumas y medios que reiteradamente han mostrado su oposición a la 4T, todo indica que Xóchitl Gálvez se ha constituido en la opción que muchos esperaban. Se esparció una narrativa coincidente en destacar su origen indígena, su encarnación de la cultura del esfuerzo e incluso, su compromiso con algunos aspectos del obradorismo, como los programas de asistencia social. Desde el primer día, tuvo presencia en la prensa internacional y presentó su propia plataforma con la que buscará juntar el apoyo de sus simpatizantes para obtener su registro. En redes sociales y whasapp se empiezan a ver interesantes dinámicas de organización en torno a la senadora.

El reto de fondo que tiene la oposición ha quedado expuesto por sus propios integrantes. ¿Cómo evitarán que impere la cultura tradicional de los partidos políticos? ¿Cómo hará quien resulte electo o electa, para alejarse de los vicios profundos de nuestro sistema político? ¿Cómo hará para transparentar el uso del dinero y los intereses que representa? ¿Cómo hará para evitar la convivencia con personajes y grupos de probada distorsión ética? La disfuncionalidad y corrupción de nuestra democracia, tienen sus raíces en los abusos de “la oligarquía del viejo régimen” y “el clientelismo partidista o corporativo”. aceptarlos inercialmente implicaría ser parte del mismo cáncer que padece el país.

Por más que se presente una candidatura fresca y atractiva, como seguramente será la de Xóchitl, ella principalmente, tendrá el enorme reto de dar respuesta a estas incógnitas. Más allá de la narrativa y el carisma que pueda representar una buena candidata, el apoyo de la #SociedadHorizontal, dependerá de la autenticidad “profunda e integral”, que represente la oposición entera, no solo una persona, frente a estos cánceres sociales.