El enfriamiento en las relaciones entre Estados Unidos y México ha tomado un giro significativo con la propuesta del gobierno estadounidense al Congreso de excluir a México del Comando Norte y circunscribirlo al Comando Sur. Esta medida, contenida en el proyecto de Ley de Asignaciones del Departamento de Defensa 2024, ha sido considerada por expertos en seguridad como un claro mensaje político dirigido al gobierno mexicano.
El Departamento de Defensa de Estados Unidos, bajo el liderazgo de Lloyd Austin, presentó el proyecto de presupuesto para las acciones de seguridad del próximo año el pasado 27 de junio. El legislador republicano Ken Calvert, presidente del Subcomité de Asignaciones de Defensa, es el responsable de incluir en el proyecto un artículo que contempla la reubicación de México del Comando Norte al Comando Sur.
El Comando Norte, hasta ahora, tenía jurisdicción sobre el territorio de Estados Unidos, incluyendo Alaska y Puerto Rico, así como Canadá y Bahamas. Por su parte, el Comando Sur abarca Centro y Sudamérica. La propuesta establece que el Comando Sur asumirá la responsabilidad del comando combatiente para las actividades relacionadas con México, a más tardar 180 días después de que la Ley sea promulgada.
La trascendencia política de esta medida ha sido destacada por Javier Oliva Posada, investigador de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, especializado en políticas de defensa militar, seguridad y sistemas de inteligencia. Oliva resalta que la exclusión de México del Comando Norte implica una pérdida de diálogo que México tenía monopolizado al ser el único país latinoamericano incluido en este comando. Además, se corre el riesgo de perder la interlocución privilegiada con las autoridades de Estados Unidos y Canadá al entrar al Comando Sur, donde se encuentran otros países latinoamericanos.
Desde su concepción en 2002, después de los atentados terroristas del 11 de septiembre, los comandos han permitido a Estados Unidos establecer un sistema de alerta y reacción frente a amenazas a su seguridad. La inclusión de México en el Comando Norte ha sido parte de lo que Oliva denomina el “colchón de seguridad geopolítico estadounidense”, un estatus que ahora se ve amenazado con su exclusión.
Además, se ha señalado que esta decisión puede ser una consecuencia de los desencuentros entre los gobiernos de Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador, en particular, debido a la falta de contundente apoyo de México a los posicionamientos de la OTAN y de Estados Unidos en relación a la guerra de Rusia contra Ucrania.
Esta propuesta legislativa representa un punto crítico en las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y México, y su aprobación podría tener un impacto significativo en la cooperación en temas de seguridad y defensa entre ambas naciones. La salida de México del Comando Norte y su inclusión en el Comando Sur marcaría un nuevo capítulo en la dinámica geopolítica de la región.