México ha experimentado una ola de calor persistente desde principios de junio, y según científicos e investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se espera que continúe durante los próximos 10 a 15 días.
Graciela Binimelis, del Grupo de Interacción Micro y Mesoescala, explicó que las olas de calor se definen como periodos de tres o más días con temperaturas superiores a los 30 grados centígrados y una temperatura media superior a los 24 grados centígrados, en el caso de la Ciudad de México. Según un estudio que analizó estos fenómenos en la capital desde 1880 hasta 2005, los meses con mayor incidencia de olas de calor son abril y mayo, seguidos por marzo y junio.
Binimelis señaló que la mayoría de las olas de calor duran entre tres y seis días, y aquellas que duran más de 10 días solo se han registrado en cinco ocasiones durante ese periodo. Sin embargo, su frecuencia por década ha aumentado sistemáticamente. La baja humedad en el suelo, debido a la sequía severa y extrema que afecta gran parte del territorio mexicano, contribuye a intensificar las olas de calor.
Ante esta situación, es importante tomar precauciones y seguir algunas recomendaciones para proteger nuestra salud y bienestar. Aquí hay algunas sugerencias para enfrentar la ola de calor:
- Mantente hidratado: Beber suficiente agua es fundamental para prevenir la deshidratación durante periodos de altas temperaturas. Asegúrate de llevar contigo una botella de agua siempre que salgas de casa y consume líquidos regularmente, incluso si no sientes sed.
- Evita la exposición directa al sol: Durante las horas más calurosas del día, generalmente entre las 11 a.m. y las 4 p.m., busca resguardarte en lugares frescos y a la sombra. Si es necesario salir, utiliza ropa ligera, de colores claros y tejidos transpirables, así como sombreros o gorras para proteger tu cabeza del sol.
- Utiliza protector solar: Aplica generosamente protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30 en todas las áreas expuestas de tu cuerpo. Reaplica cada dos horas, especialmente si estás sudando o en contacto con el agua.
- Busca lugares frescos: Si tu hogar no cuenta con aire acondicionado, busca espacios públicos que estén climatizados, como centros comerciales, bibliotecas u otros lugares con sistemas de refrigeración. También puedes refrescarte en piscinas o tomar duchas frescas para reducir la temperatura corporal.
- Protege a los grupos vulnerables: Presta especial atención a los infantes, adultos mayores y personas con condiciones de salud preexistentes, ya que son más susceptibles a los efectos adversos del calor. Asegúrate de que estén hidratados y resguardados en lugares frescos. Mantén una comunicación regular con tus seres queridos para asegurarte de su bienestar.
- Evita la actividad física extenuante: Durante los días de calor intenso, disminuye la intensidad y la duración de tus actividades físicas. Si es posible, realiza ejercicio temprano en la mañana o en la noche, cuando las temperaturas son más frescas.
- Presta atención a las alertas y recomendaciones oficiales: Mantente informado sobre las actualizaciones meteorológicas y las recomendaciones de las autoridades locales. Sigue las instrucciones y consejos proporcionados para proteger tu seguridad y la de los demás.
- Contribuye a reducir el impacto ambiental: Las olas de calor y otros eventos extremos están relacionados con el cambio climático. Adopta medidas para reducir tu huella de carbono, como ahorrar energía, utilizar transporte público o compartir vehículos, reciclar y optar por opciones sostenibles en tu vida diaria.