Por Alethia Hdz.
A raíz de la disminución del suministro del agua en nuestro país, muchos ciudadanos preocupados, hemos vuelto a ver con detenimiento este tema. Y las cifras no son nada alentadoras.
Ya que en 2021 se registraron 8,491 sequías, de ellas el 71% fueron severas.
Y esto hizo que se perdieran cultivos, de ellas, 26% fueron extremas, y con ello además de pérdidas de cultivos también existía el riesgo de incendios forestales. y el 3% de esas sequías fueron excepcionales, esto quiere decir que existió escasez total de agua en embalses, arroyos y pozos. Lo anterior de acuerdo al Centro de Investigación en Política Pública (IMCO).
Sabemos que nuestro país es vulnerable a las sequías ya que más del 50% de su territorio está ubicado en clima árido y/o semi árido. en el cual, lo podemos encontrar en 14 estados de la República.
Estamos ya en el punto en que el Gobierno de México debe abordar ya esta problemática que cada día será peor, y para ello, la propuesta del IMCO se me hace bastante viable ya que proponen:
Mejora en el monitoreo del uso de agua, y con ello de forma principal en el sector ganadero y agricultor, ya que en este tiempo no está basado en mediciones precisas sino solo estimadas.
Desarrollar Proyectos Climáticos en el Sector Ganadero y Agrícola, con el fin de que se otorguen financiamientos climáticos o bonos de carbono, y con él, la infraestructura que se requiere para gestionar el agua.
Evaluación y actualización de la delimitación de los acuíferos.- Y es que en el país se encuentran divididos por criterios geofísicos en lugar de geopoliticos.
Invertir en Modernización y Conservación de Infraestructura.- Y con ello, nuestro país requiere mejorar notablemente la infraestructura hidráulica para que tengan una gestión más eficiente, y que se atienda de manera rápida y eficaz esta problemática.
Ya que existen tomas clandestinas y fugas de agua en todo el país.
En menos de 10 años enfrentaremos el día cero, en el momento en el que la sequía terminará con el suministro del agua libre, para dar paso al raciocinio y control de la misma. Por eso debemos tener un consumo responsable, sin desperdicios y exigiendo a las autoridades correspondientes, el mantenimiento y sobre todo inversión en infraestructura adecuada para dar mantenimiento a los sistemas hídricos y a una mejor gestión del vital líquido.